El que tuvo poca convocatoria en una charla que le organizaron en una universidad privada de Boca, ubicada en la calle de Urano, fue el abanderado a diputado federal por el puerto jarocho de la alianza entre azules, amarillos y naranjas, Sergio Gil.

El “gordo” apenas si pudo juntar a 10 jóvenes en el auditorio y por supuesto que las fotos en las redes evidenciaron la falta de interés que hubo hacia su exposición partidista.

Por supuesto que se trata de un sector que suele ser apático y eso complica cualquier tipo de acercamiento con los abanderados, quienes incluso tienen que ir a buscarlos porque difícilmente se aparecen en un mitin.

A ello hay que sumarle que Gil Rullan fue a platicarles de su candidato presidencial que es el más joven de los cuatro, pero que tiene ingresos superiores a los que declara de acuerdo a la investigación de Proceso, con la cual solo se decepcionan más los chavos de los políticos.

AHUED--->

“Guerra” colateral

La dupla que encabeza la Jefa Rocío Nahle y Richard Ahued rumbo al Senado va en “caballo de hacienda” y sus rivales políticos no saben cómo frenarlos ya  que van en primer lugar y ascendiendo de acuerdo a las encuestas.

Sin duda la legisladora con licencia por Coatzacoalcos es el rival a vencer, y hasta el momento los sesudos creadores de la “guerra sucia” no han podido embarrarla porque simple y sencillamente carecen de argumentos.

La Nahle no tiene “cola que le pisen” y de hecho su compañero de fórmula tampoco  y por eso intentan “golpearlo” con su pasado priista en donde todos sabemos que fue un rebelde porque siendo parte del régimen se opuso a reformas como la hacendaria, educativa y energética.

Ahora lo quieren “salpicar” con que sufragó la cuenta pública de Duarte a favor, pero el fondo del asunto es que creen que con ese tipo de mentiras pueden hacerle daño a la primera fórmula al Senado, quien lleva bajo sus hombros la campaña estatal.

SABOTAJE-->

¿Hechos aislados?

En las últimas tres semanas, en el estado de Veracruz, un mismo tren de carga ha sido saqueado en por lo menos seis ocasiones y todas han concluido en descarrilamientos, aunque el registrado en Orizaba este fin de semana ha sido el más aparatoso.

A principios de mayo al menos cuatro trabajadores de la empresa Ferrosur terminaron hospitalizados, tras ser golpeados por desconocidos que asaltaron el tren de carga que venía de México e iba a Veracruz.

El robo y la agresión fue reportado a la central del Instituto de la Policía Auxiliar y Protección Patrimonial (Ipax), quien a su vez pidió el apoyo a elementos de la Fuerza Civil para buscar a los bandidos, hay constancia de que si se han reportado tales agresiones. Y al momento cero detenidos.

El pasado ocho de mayo otro tren que viajaba a la Ciudad de México descarriló entre los municipios de Acultzingo y Orizaba, luego de que personas sabotearon y robaron componentes de las vías férreas. Es claro que no es un hecho “aislado” y no se puede tapar el sol con un dedo o con una declaración, como pretende el ejecutivo estatal y es Miguel Angel Yunes negó que el descarrilamiento de los ferrocarriles ocurrido ayer,  se debiera a un supuesto asalto incluso culpó a la compañía  Ferrosur por circular dicha versión, pues no existe evidencia del supuesto sabotaje. ¿Con todos los antecedentes se atreven a decir que no hay evidencia?.

“Fue un accidente, provocado por un sabotaje, separaron un tren que intentaron robar en la zona de la montaña, en la zona alta, este tren tenía como destino Puebla, y pues son 22 unidades que están, más cuatro locomotoras afectadas”, precisó el gerente de Relaciones de la empresa Ferromex.

Situación que fue negada por el gobernador en turno incluso incurrió en contradicciones con su secretario de Seguridad Pública, Téllez Marié quien señaló la semana pasada al sindicato de ferrocarrileros de trabajar con la delincuencia organizada para asaltar trenes en la entidad, esta tremenda la coordinación, o no le informan al gobernador de la situación de inseguridad que impera en Veracruz o esta muy distraído con la candidatura de si hijo y no se da cuenta que al Estado se lo esta llevando el tren.