Empezó junio y la cuenta regresiva llegó para beneficio de los que arriban y para desgracia para los que se van. Ni modo,  no hay para donde hacerse, a empezar a recoger lo que puedan y tratar de disfrazar las operaciones ilícitas,  conscientes que los van a revisar hasta por debajo de la almohada.

Ninguno de los actuales funcionarios se siente seguro, saben que sus tangibles  protectores del gobierno federal priista y del estatal panista,  ya no estarán. Corren el riesgo que sus jefes les echen la culpa de todo lo malo que  encuentren y recuerden que siempre se revienta el hilo por lo más delgado.

Dentro de la geografía ya buscan ciudades o  naciones donde puedan refugiarse, sin muchos problemas por el idioma y encuentren casas en renta amuebladas,  y sobre todo, donde no haya tratados de extradición y con eso de que comprar con anticipación los boletos de avión salen más baratos, a fin de medio dormir tranquilos es conveniente estar mejor preparados.

Los días se pasan volando y para colmo de males, junio solo tiene 30 días. Recuerden que son setenta y dos horas antes del domingo de las elecciones que se guarda silencio… el tiempo ya se acaba.

Deben estar más que arrepentidos de aprobar un gobierno estatal de solo dos años, ni siquiera tuvieron tiempo de disfrutar el pinche poder a plenitud y el dinero a raudales.

Vivir la pesadilla del tercer lugar

Amanecer y de acuerdo a las encuestas estar en tercer lugar,  debe ser una terrible pesadilla para los Yunes azules. Gastar tanto dinero y soñar con seguir disfrutando de los privilegios del gobierno, cuando de pronto la fuerza y el poder de la federación aunado a la suma del voto duro del partido tricolor los desplaza de la pelea electoral en contra del candidato de Morena, Cuitláhuac García.

Con la indiscutible experiencia política de Miguel Ángel Yunes Linares como se le pudo ocurrir que podía establecer una monarquía en Veracruz en esta época moderna. ¿O será la influencia de la Reyna de Inglaterra donde vive muy cerca  Karime Macías? La obsesión de la realeza en el poder del gobierno del estado de Veracruz , debe ser un trauma digno de estudios psiquiátricos.

Para que no hubiera la menor duda de los planes dinásticos,  anunció que después de Miguel Ángel, seguirá su otro hijo Fernando Yunes Márquez, a ver quién de los panistas comprometidos los sigue, conscientes que no hay la menor oportunidad, ya que el poder y el dinero es solo para su familia.

Con esta declaración sobre el establecimiento de una monarquía en Veracruz, la clase política que pensaba en alguna posibilidad futura en la política se les desvaneció.  En el caso que reviviera el exgobernador Rafael Hernández Ochoa,  y otros personajes contemporáneos de la clase política local, nunca se hubieran imaginado que al humilde y modesto servidor público, Miguel Yunes Linares  de aquellos años iba a sufrir una transformación de esta extraña naturaleza.