Estimado maestro y amigo:

Una amiga mutua me obsequió un libro intitulado Decadencia y Renacimiento de la autoría de AMLO. La obra debió intitularlo el Evangelio de AMLO, según AMLO. Todo el proyecto de gobierno solo Dios o un mesías podría realizarlo en solo seis años.

Un barco de gran tonelaje, una institución como la iglesia católica y un país, tan disímbolo como México, no puede cambiarse de la noche a la mañana.

Volvamos al libro. La primera parte narra el saqueo inmisericorde de este pobre país. Sus afirmaciones son esencialmente ciertas. El neo liberalismo, la codicia y la soberbia de nuestra clase política es innegable y menos aún, sus resultados.

Un país empobrecido cercano a la hambruna, una clase media a punto de desaparecer y los ricos, especialmente los muy ricos, son hoy asquerosamente ricos. Los bancos y las grandes empresas hacen lo que quieren, pagan salarios de mierda y sus utilidades escandalosas van a dar al extranjero.

Abandonar el campo fue un terrible error. Resultado: miseria, millones de apátridas mal viviendo con Trump y la delincuencia que padecemos.

No tengo la menor duda de que después de 18 años, AMLO será presidente. Sin embargo, habría que preguntarnos ¿valdrá la pena? Los millones de votos que seguramente alcanzará, serán votos de coraje, desesperación, angustia, desencanto y de odio. Coraje contra una clase gobernante que permitió los saqueos de varios de sus gobernadores y los salapó.

El silencio y la inacción también es complicidad. Desesperación al ver que policías y soldados van y vienen y la inseguridad sigue enseñoreándose. Angustia, al no saber si tú o algún familiar o amigo, puedan desaparecer en cualquier momento sin que jamás sepas de él o de ellos.

Desencanto al ver que tú y tus hijos no tienen futuro. Odio contra todo lo que atenta e insulta tu modo honesto de vivir al saber que tu tranquilidad o tu patrimonio, valen un cacahuate.

AMLO va a ser presidente. Piensa maestro, que los cambios que propone no pueden ser de inmediata realización.

Requiere tiempo, del que carece. La gente espera el cambio inmediato. Él lo sabe, pero sabe también que necesita más de seis años para realizarlos, o sea, que desde ahora ya está maquinando su reelección o acaso, conocemos algún líder de izquierda que permanezca en el poder únicamente su término. Stalin, Mao Tse Tsung, Castro, Maduro, etcétera, son ejemplos vivos.

Los planes para cambiar a México, ante su diversidad social, cultural, económica y geográfica requieren un plan maestro por región, cultura e idioma. Un chilango no es igual a un jarocho, un chiapaneco es diverso a un norteño, un yucateco no lo puedes comparar con un jalisciense. No hablamos de un mexicano, hablamos de mexicanos.

Dese cuenta de que la clase patronal al subir el salario mínimo automáticamente se lo cargará al consumidor o sea, ganarás más, pero tu dinero valdrá menos. Peor aún. La clase patronal puede dictaminar que no es viable y desencadena un alza de precios o escasez de artículos de primera necesidad y los saqueos y el asalto descarado se vuelva un modus vivendi.

Aumentar la asistencia social es un suicidio. La inflación va a golpear el ya escaso contenido de los bolsillos y una de dos circunstancias o una combinación de ambas. Endeuda más al país o la maquinita de hacer billetes vuelve a funcionar como en la época aciaga de Echeverría y López Portillo.

Hoy las universidades producen miles de profesionistas malos. Qué pasará si todos los graduados de preparatoria acceden directamente a las universidades. Crearíamos millones de pésimos profesionistas sin la mínima oportunidad de vivir de su profesión.

La frustración es mala consejera. La educación es un proceso selectivo. No todos nacimos para profesionistas, también hay oportunidades para atletas, carpinteros, mecánicos, cocineros, albañiles, comerciantes, etcétera.

Todas estas medidas que propone, muchas pueden ser de aplicación inmediata, pero requeriría un congreso “a modo”, de no ser así el desencanto será terrible y será peor el remedio que la enfermedad. Por ello AMLO está pidiendo que voten por sus cinco candidatos.

Estos en sí no valen gran cosa, Cuitláhuac no puede ser más oscuro de lo que ya es. Todos están adoctrinados por el Mesías. Basta leer la página 254 del libro in comento, sin embargo, el futuro presidente piensa que el efecto Fox se repetirá. Su nombre los jalará. Y ¿los contrapesos de la Constitución?

Pero el peor de todos los peligros son las fuerzas armadas, ninguneadas, incapaces de impedir bloqueos, marchas, abusos, huelgas locas, etcétera, a los AMLO es tan propicio. Cansadas de tanto desmadre, se apoderen del gobierno y adiós democracia. Los mexicanos tendremos orden y seguridad, pero no libertad.

Maestro Robles, usted y su prestigiado diario son abiertamente morenistas y admiradores de AMLO. Pero las matemáticas no mienten. Si esta desgracia ocurriera todo el programa de AMLO sería el sueño de un iluso mesiánico o un vivales.

Fundirnos en un abrazo fraterno y perdonar a la delincuencia acabando con ella por convencimiento, solo traería su incremento y la problemática que se avecina será culpa de un gobierno, quizá bien intencionado, pero incapaz de cumplir todas sus promesas frente a millones que vivirán un sueño imposible y que polarizados puede traer al país a una tragedia peor que la pasada Revolución.

Amparado en su libertad editorial, nuevamente recurro a ella, rogándole que por la sinceridad de estas líneas, ese prestigiado diario me brinde la oportunidad de su publicación. Un abrazo.