miércoles, 05 de junio del 2024
 
Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: El diluvio que vino
El diluvio que vino
2018-08-11 | 10:17:43

La tremenda inundación que sufrimos la semana pasada en Veracruz, tuvo  diversas causas que  señalaremos y que cada una, en mayor o en menor grado, contribuyó a que la ciudadanía sufriera incomodidades y en no pocos casos, pérdidas relevantes.


Tenemos por un lado que durante muchos años hemos padecido la falta de  planeación adecuada, porque se construye en terrenos bajos, se han rellenado de manera irresponsable lagunas y vasos reguladores que servían como amortiguadores para almacenar temporalmente el agua de lluvia, que de esta manera no tenía que escurrir superficialmente en forma inmediata, ni saturar el drenaje.


Por otro lado, no se ha invertido lo suficiente en colectores pluviales. Los existentes, que datan de hace muchos años, han quedado obsoletos ante el crecimiento de la mancha urbana.


La mayoría de las nuevas colonias y fraccionamientos se conectan a los antiguos colectores existentes, rebasando varias veces su capacidad. Por eso hay lugares donde el agua de lluvia brota por los drenajes en lugar de entrar en éstos.


La red de colectores tampoco se ha ampliado a la velocidad requerida, principalmente por falta de recursos. Estos han escaseado porque el sistema de agua y saneamiento, salvo algunas excepciones honrosas, ha sido manejado por políticos, no por técnicos o administradores calificados y honrados. Los rumores del saqueo del organismo, al cual se le ha considerado la caja chica de los gobiernos en turno, ha servido entre otras cosas para pagar campañas electorales y permitido el enriquecimiento desmedido de algunos de sus funcionarios de alto nivel.


Eso no ha sido todo. El exceso de personal empleado generó dispendios cuya suma contribuyó a desfondar el sistema.


Dentro de los empleados de confianza,   algunos alcaldes acomodaron a primos, cuñados  y demás parientes, la mayoría sin el perfil apropiado.


También del Gobierno del Estado incrustaron en la nómina a políticos que cobraron buenos sueldos sin que se justificara su presencia, ni su trabajo.


Para llevar la fiesta en paz, al sindicato le concedieron prebendas y privilegios exagerados que ninguna empresa eficiente podía pagar, mucho menos una plagada de ineficiencias y rezagos. Tanto desorden rompió el saco. Terminaron matando a la gallina de los huevos de oro.,


Era común ver como llegaba una cuadrilla de 9 ó 10 obreros a reparar un hundimiento o una fuga y solamente 2 o 3 trabajaban, los demás no hacían nada, solo veían, tomaban refrescos y hablaban por celular.


Administrando y trabajando de manera tan ineficaz, la quiebra del organismo estaba más que cantada.


La llegada del grupo MAS que ofreció enderezar las cosas y traer inversiones cuantiosas no ha sido la solución. Las inversiones ofrecidas no se ven por ningún lado. La ciudad está llena de hundimientos que tardan mucho tiempo en repararse.


Solo un pequeño porcentaje de aguas negras son tratadas. El resto se vierte de manera inmisericorde al mar. Esto que en otro país sería un escándalo, aquí se con indiferencia.


Por otro lado, según ha trascendido, el drenaje pluvial no forma parte del paquete negociado con el Grupo MAS, por lo que de ser así, la responsabilidad de las reparaciones recae en el Ayuntamiento, cuyo presupuesto es bastante limitado, como para tener que absorber dichos gastos.


¿Como es que se negoció esto que es tan nocivo para la ciudad?. La respuesta más segura es que el capitalismo de cuates, los intereses creados y la corrupción siguen funcionando e imperando en México.


Hay también una enorme responsabilidad  que recae sobre la ciudadanía. Resulta increíble la cantidad de basura que la gente desconsiderada arroja en las calles, terrenos baldíos y donde se le ocurre. Dicha basura, formada principalmente por plásticos flota y es arrastrada por el agua, tapando el drenaje.


Si a lo anterior le agregamos la depredación diaria del medio ambiente, la tala permanente de árboles, el colocar concreto en los camellones donde antes había vegetación, impidiendo la absorción del agua de lluvia por el suelo y obligándola a  escurrir en proporciones cada vez mayores por las calles y banquetas, seguiremos teniendo inundaciones.


El asunto debe atenderse a fondo o cada vez habrá mayores problemas. Se requiere la acción conjunta de ciudadanos y autoridades para resolver esto. ¿Habrá la voluntad necesaria de las partes, como para empezar a hacer esto de inmediato, antes de que tengamos una inundación peor?.


Por lo pronto y para empezar, que se le abran al Bulevar más salidas de agua hacia el mar, para desfogar de manera inmediata las enormes cantidades de agua que se acumulan en la vía pública,  provocando inundaciones cada vez mas severas cada vez que llueve intensamente. Dicho problema lleva muchos años sin resolverse.


Bien podría la actual administración colgarse la medallita de solucionarlo de raíz, aprovechando que están remodelando el Bulevar. La ciudadanía se lo aplaudiría.


De lo contrario seguiremos igual o peor.


¿No le parece a ustedes?


Muchas gracias y buen inicio de semana.



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