En ninguna ocasión que se recuerde había tal rechazo popular y mediático en contra de un gobernador como es el caso de Miguel Ángel Yunes Linares. Los ejecutivos estatales del pasado cuando terminaban su gestión hubo algunos hasta se les aplaudía como despedida, si bien es cierto a los veracruzanos el único que importaba era él que llegaba.

Debe ser muy difícil y conflictivo para la familia en el poder estas últimas semanas cuando tienen que asistir a eventos públicos y escuchar los abucheos del pueblo veracruzano ante la fracasada gestión del primer gobernante ajeno a la hegemonía priista de ocho décadas.

Lo más seguro es que ya no lean ningún periódico y de manera especial los artículos de los columnistas locales y de algunos medios capitalinos como Enrique Aranda, del Universal, y mucho menos a los comentaristas Ciro Gómez Leyva y Joaquín López Dóriga. El único medio es el impreso del puerto de Veracruz que mantiene su postura de apoyar a sus viejos amigos expriistas y ahora panistas.

 No se puede decir que esto solo ocurre enerbalmente como le fue a la presidenta nacional del PRI, Claudia Massieu.

El estado de Veracruz, ya se vio en el desarrollo de la primera sesión del Congreso de la Unión, donde se recibió el último informe del presidente Enrique Peña Nieto, lo engorroso que fue para los que subieron a la tribuna ajenos al numeroso grupo de legisladores de Morena.

Al exgobernador de Veracruz, Dante Delgado Rannauro, quien inicialmente fijó su postura que todos los votos de Movimiento Ciudadano serían para apoyar las propuestas del presidente López Obrador, pero que serían una fuerte oposición si no cumplía con lo prometido durante su campaña de terminar con el fuero y los gasolinazos, en caso de no hacerlo, sería un traidor para la patria. Se le vino el mundo encima y por más intervenciones que hacía el presidente de la Cámara de Diputados Federales, Porfirio Muñoz Ledo, para que respetaran al orador, cuyo prolongado discurso rebasaba el tiempo que se le había otorgado y se vio obligado el propio Muñoz Ledo a pedirle que terminara y se regresara a su asiento.

Situaciones muy embarazosas que tuvieron que pasar la gran mayoría de los nuevos engreídos legisladores que representando a todos los partidos políticos subieron al podio camaral, quienes fueron apaleados v

De que el ambiente político no está tranquilo se respira en todas partes, la desesperación de los que pierden el empleo con este cambio de gobierno federal y estatal, así como los miles de atribulados aspirantes de colarse en algún cargo público, quienes se acongojan con el paso de los días y no son llamados.

El agobio que reciben los nuevos funcionarios ante la inquietud de los miembros de la clase política de quedar fuera. La actitud indignante de aquellos que fueron enemigos de Morena y que estaban seguros de seguir cobrando con el partido en el poder, ahora es inadmisible a su falta de dignidad que deben de tener aquellos que no reconocen que en estas elecciones todo cambió y será diferente.

Como remate, el cinismo del secretario de Gobierno, Rogelio Franco, quien afirmara que hasta el momento no hay ninguna denuncia en contra de algún funcionario del gobierno de Yunes Linares. En algo tiene razón no hay una, sino varios cientos.