El tema de la ‘venta de garage’ o enajenación de bienes que está empeñado en hacer el gobierno del estado es defendido a más no poder, pues buscan atajar por todos los flancos las críticas que se han derivado de dicha acción.

Tan solo el viernes pasado en una entrevista radiofónica el diputado federal morenista Richard Exsome defendió la postura de sus compañeros legisladores quienes exhortaron al gobierno saliente a no continuar con esta acción calificada como “acto de sabotaje”.

De manera inmediata Carlos Valenzuela, también diputado federal salió en defensa de su jefe el gobernador saliente y como al parecer no agradó mucho la defensa el mismo Yunes Linares hizo una llamada telefónica para exponer lo mismo que había hecho un día antes, defender su acción y de paso ofender a los morenistas, llamándoles otra vez, diputados chatarreros.

Y como esa es la línea al mediodía Fernandito Primero entró al ruedo con el mismo argumento de su papi, ya que consideró como ridículo que los diputados de la actual legislatura federal estén ocupando su tiempo en querer prohibir se venda la “chatarra” que se tiene de hace varios años, y que el gobierno estatal busca poner a disposición de la gente.

Pero parece no caerle el veinte a Fernandito, pues él es alcalde del puerto jarocho,  una ciudad con infinidad de problemas como el pésimo sistema de alumbrado público, con calles bombardeadas y abandonadas y solo con eso tendría para entretenerse como edil.

Debe darse cuenta que lejos de ser el hijo del gobernador, que ya se va por cierto, tiene una responsabilidad como funcionario municipal para lo cual fue electo. Dice que “los legisladores deben ocupar su tiempo en temas realmente de interés para la sociedad, y enfocarse”, pues los ciudadanos le reclaman lo mismo a él.

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Mal y de malas

Aunque se decían expertos  en el rubro al final el gobierno del cambio se equivocó en todo, como por ejemplo cuando decidieron poner a Ana Ledezma como secretaría Ejecutiva del Sistema y Consejo Estatal de Seguridad Pública en Veracruz.

Y es que la “choriquesita” no cumplía los mínimos requisitos para estar en ese puesto, ya que no acumulaba los 5 años de experiencia en seguridad, ni tiene título, pero fue impuesta por el grupo renovador del hoy senador Julen Rementeria, por lo que ahí están los resultados.

Para el colmo, al Yunes Rico se le fueron muriendo o enfermando parte de su grupo político en materia de seguridad pública y al cual les tenía plena confianza. El primero en fallecer fue José Luis Lagunes López, que era el hombre indicado para el cargo de Ledezma.

Después fallecieron otros funcionarios como Luis Emilio Díaz Ibarra, Pedro Manterola Saenz  y hasta Jaime Téllez  se le desvaneció en un evento. Tuvo que echar mano de lo que había.

Desde luego pensaron ganar en 2018, tener seis años más, y previeron que esto no se iba recrudecer,  “jugaron” a la seguridad pública, pero el error fue improvisar y cubrir espacios de partido en esta área delicada.

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Despido discreto

Muy raro estuvo el despido de Blanca Castellanos Mier, que fungía como encargada del Distrito Boca, ya que al parecer hubo reportes ciudadanos con el alcalde, Humberto Alonso Morelli, que presuntamente esta exfuncionaria cobraba al público el uso de baños, canchas deportivas y todo lo que se supone es gratis.

Por lo que hacía negocios desde su cargo siendo lo más extraño que al parecer  todo se mantiene en absoluta discreción para no hacer más grande el asunto, pero es un hecho que investigan internamente el tema para saber la realidad y que si la ex funcionaria usufructúo o no el cargo.

Seguramente el alcalde boqueño tendrá que dar alguna información al respecto de lo que sucedió y de como salió la revisión, sobre todo porque si sale positiva se tendrá que presentar una denuncia por el mismo caso.

Hay versiones de que ya tenían quejas sobre ella, principalmente de maltrato al personal que labora en lo que se conoce como “Distrito Boca” y también  se comenta  que para quedarse Castellanos Mier tocó  muchas puertas del PAN, las habidas y por haber, pero nada pasó,  nadie metió las manos al fuego por ella.