Este fin de semana se registró a la dirigencia estatal azul Agustín Andrade Murga para el periodo 2018-2021 que convierte esta elección en un tema de tres.

No obstante el “Queso” podría interpretarse como el rival más débil de la contienda interna del blanquiazul, pues se enfrenta a un dirigente que busca la reelección, Pepe Mancha, y al “Chapito” quien también quiere aprovechar la coyuntura de un partido perdedor y reivindicarse como el “reconstructor” de su partido, aunque también formó parte, incluso, como funcionario del grupo que perdió la gubernatura.

Y al parecer tiene claras sus posibilidades de triunfo, pues tres días después de su registro en su cuenta de Facebook posteó un mensaje que se lee “curado en salud”, ya que denuncia un proceso interno amañado, lleno de irregularidades, desde la coacción de sumarse al proyecto del Chapito hasta compra de votos y voluntades.

Incluso en su denuncia pública habla de que le han “robado” a elementos de su equipo, ofreciéndoles direcciones en el CDE y candidaturas así como comprando votos a 5,000 pesos.

Es así como pone en evidencia Agustín Andrade el proceso interno de los azules, esos que prometieron cambios pero que demuestran que también saben “quedarse no el cambio”. Y que se antoja los deje más fracturados que fortalecidos. Pues no hay que olvidar que “cuando las comadres se enojan se asoman las verdades” y Murga, por cierto se lee enojado.

Inocente ‘palomita’

En política queda demostrado que no basta tener un currículum que te respalde, no basta tener buena intención y deseos para gobernar. No es suficiente tener la intención de actuar de manera recta, en política hay que pensar como el diablo.

Esto aplica perfectamente al alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez, a quien no le dijeron que en política le tocaría nadar con tiburones y viejos lobos de mar.

Al alcalde morenista se lo chamaquearon y tarde reaccionó para hacer señalamientos sobre la problemática que actualmente se vive en Xalapa, quizo hacer la cosas bien pero no lo supo comunicar, el tema de la percepción tampoco lo comprendió.

Triste pero cierto, en México, en Veracruz hay que ser perverso para gobernar y que eso se lo pregunten a los políticos “rancios” de cualquier partido político que han logrado mantenerse y “pegados a la ubre” , como vulgarmente se dice.

Sospechoso resulta todas las “ayudadas” que le dieron al inexperto alcalde de la “capirucha” en el tema de la basura concretamente, la “inmediatez” de la Fiscalía para actuar y clausurar el basurero sanitario de Xalapa “El Tronconal”, el cual amaneció con sellos de clausura debido a violaciones de la legislación ambiental del Estado.

Otro “apoyo” se dio en las “benditas” redes sociales y cuentas que se activaron para hacer vírales videos e imágenes de lo “cochina” que está la capital del estado.

Y entonces le ganó el brinco, una vez más el gobernador que ya se va, aplicó su jugada como el “gobernante salvador” y es aquí donde nos referimos a que Hipólito debió pensar como el diablo o como el demonio.

Tarde reaccionó a denunciar que le “estaban dando una ayudada”, tarde culpó de la crisis de basura, que sufre la ciudad, a las autoridades estatales encabezadas por el Yunes Rico.

Aún no

Todavía no puede cantar victoria la sociedad Manchado-Julen, pues apenas vendrá el desahogo de observaciones del ORFIS.

Y es que la Fiscalía toleró obra inconclusa en Cosamaloapan a cargo de la familia de “Manchado” ya que de acuerdo al documento publicado por Lencho Portilla la empresa Multiservicios El Elemento S.A. De C.V, conformada por Rosa María Ruiz Gaytán y Monserrat Ortega Ruiz, dejó en obra gris y negra el proyecto ejecutivo y construcción de un Centro Integral de Justicia en dicho municipio por el que la Fiscalía de Veracruz pagó 27 millones 851 mil 562 pesos.

Según la auditoría, la obra teniendo como fecha de terminación autorizado el 31 de marzo del 2018, presentó un atraso de 23 días al momento de la revisión física. Por lo que aclara, será objeto de seguimiento  en la Cuenta Pública del Ejercicio 2018 con la posibilidad de crear un daño patrimonial.