Parece que el gobernador Yunes Linares quiere buscar un problema muy serio con la nueva administración estatal de Morena,  que presidirá el ingeniero Cuitláhuac García Jiménez,  al no querer pagar los sueldos, aguinaldos y el gasto corriente del último mes del presente año, con el increíble pretexto de que ya no estará gobernando, no obstante que figura ese recurso público en el presupuesto del presente año,  de acuerdo a lo estipulado por el gobierno federal.

Es un dinero de los impuestos que debió de estar ya programado.

El gobernante choleño señala que cuando entró a tener el poder estatal en el mes de diciembre de 2017,  él tuvo que pagar esos emolumentos y no explica en su declaración,  si ese dinero estaba en lo que dejó el gobernador interino Flavino Ríos al que él persiguió y lo tiene bajo un arraigo judicial.

Ahora se explica el por qué estaba tan urgido Yunes Linares que le entregara la PGR los 800 millones de pesos que le había encautado al hombre que permanece en una oscura celda del reclusorio Norte de la ciudad de México.

En el caso que los hubiera recibido, lo más seguro es que no pensaba entregárselos al nuevo gobierno estatal de Morena. Pero sus compañeros de gobierno aseguran que esa fuerte suma lo había considerado como un pago de marcha o como su liquidación como ejecutivo estatal.

Regalar lo que no es suyo

Le ha dado vuelo el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares a la entrega de la gigantesca mansión que tenía en Fortín de las Flores el exgobernador Javier Duarte a las instituciones federales de la Conacyt y al Instituto de Ecología (Inecol).

Se le olvidó al gobernante veracruzano que va de salida, que regalar ese costoso inmueble, que no es suyo es muy fácil, sería muy honroso que donara su lujosa mansión que posee en Boca del Río,  para alguna universidad. De esa manera si habría un reconocimiento ciudadano al desprenderse de algo obtenido posiblemente con recursos públicos. Con que regresara lo del ISSSTE sería merecedor de una estatua.

La ciencia de saber informar de Hipólito Rodríguez

Que le ha llovido al alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez, no tiene nada que ver que sea representante popular de Morena, porque ni siquiera está registrado como militante. Son errores sobre conocimientos de administración pública y de sensibilidad de la ciencia política,  ambos requisitos esenciales para gobernar que no los posee.

De lo que no hay duda es que el destacado académico universitario es honesto y que al final de su administración no se le podrá acusar de corrupción.

Lo destacable del grave problema del manejo de la basura es que el edil no ha sabido manejar su área de comunicación que le hubiera evitado el justificado enojo de la ciudadanía. Cuando se informa adecuadamente y se exponen de manera razonable la problemática de la recolección de estos deshechos y su traslado, máxime que ya tenía operando una empresa para obtener vitales fertilizantes con estos desperdicios de los xalapeños.