Hoy es el último día del nefasto gobierno estatal de Miguel Ángel Yunes Linares, fue solo un irritable y caduco bienio,  pero pareciera como un mezquino y maligno  sexenio, su salida del Palacio de Gobierno de Xalapa, será calificada como una chusca huída. Por primera vez en la historia de la entidad, se preparan una serie de festejos organizados por varios sectores sociales porque ya se va y lo más seguro es que durante un largo tiempo no se aparezca por estos rumbos.

El gobernador Yunes,  mejor que nadie sabe, quien por ser un experto en la materia, como elaborar una cacería de brujas y disfrutar la venganza política, con la salvedad, que en su caso la trabajó para que se convirtiera, ese desquite personal, en un redituable negocio familiar. Y vaya que es erudito de cómo hacerlo, cuando ha sido funcionario en varias dependencias. Tenía que ser como buen mercader por su origen turco, apelativo árabe-libanés, que era lo que más le molestaba en sus años mozos.

Al final de este día,  se terminó la peor pesadilla para el pueblo de Veracruz.

La única explicación que existe de algunos colegas periodistas que reconocen su labor, es el tradicional moche, experiencia personal que siempre exigía, a la que se acostumbró cuando trabajó como empleado en el gobierno federal y legislador.

Este epílogo de su vida política no podía haber sido más sombrío y amargo. La cosecha pesimista y consternada de lo que supo sembrar.

La reprobable cobardía

Se pierde la capacidad de asombro y de justificado enojo de lo que ocurrido en un medio periodístico,  al escribirse una nota y adjudicársela a una reportera de otro órgano informativo, quien de antemano le daría vergüenza trabajar o que tuviera una mínima relación con dicho pasquín.

Es el penoso caso de la redactora universitaria Gertrudis Moreno, quien tiene más de catorce años de trabajar en el diario Imagen y en la agencia de noticias, para que le acrediten algo que nunca escribió en el periódico que pertenece al gobernador Yunes Linares y al que fuera alcalde de Coatzacoalcos, Edel Álvarez Peña, cuando se lo quitaron al exlíder petrolero conocido como el Trampas”.

Lo que más se condena, es la actitud cobarde de utilizar su nombre, para atacar su fuente de trabajo.  Si no se atreven a escribir lo que publican, es la actitud más apocada y cochina que haya existido entre los que trabajamos como periodistas.

El colmo de un servidor público

Hay que ser un cínico para acreditarse una plaza de maestro de tiempo completo alguien que nunca ha dado una clase en un kínder. El señor secretario de Educación, Enrique Pérez Rodríguez,  se autodesignó el mejor puesto  magisterial, lo que motivó que verdaderos maestros exijan que dicha plaza se asigne a quien por normatividad le corresponde.

Es posible que este funcionario se cree con ese derecho,  por haber trabajado con el actual gobernador,  desde que hacían negocios en el ISSSTE.

Dicha plaza pertenecía a una antigua maestra que se jubiló y este servidor público quiere maliciosamente retirarse del quehacer político, con este cargo como maestro titular con 40 horas. Por favor… hay que tener dignidad.