viernes, 31 de mayo del 2024
 
Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: Entrando en la 4ª Transformación.
Entrando en la 4ª Transformación.
2018-12-01 | 10:23:00

Para ilustrar mejor lo que está pasando en México, especialmente con la consulta  popular del pasado fin de semana, donde participó apenas el 1% del electorado, imaginémonos la siguiente escena:


Un grupo de niños pequeños es llevado por su maestro a una juguetería. Les dice que escojan lo que quieran. A este ejercicio le llaman consulta. Obviamente los niños entusiasmados elegirán lo que más les llame la atención: Un trenecito, una tarjeta de regalo con lo que podrán comprar lo que deseen, etcétera.


Los niños en su inocencia no repararán en lo que cuesta lo que escogen, porque ingenuamente creerán que todo es gratis o que milagrosamente alguien bondadoso se los regalará.


Si esa escena se repite con niños mayores que tengan más conciencia de las cosas, posiblemente escojan lo mismo, pero al pasar a la caja de la juguetería, se darán cuenta de que todo lo que escogieron, más todas las cosas que pidió quien los llevó ahí, deberán pagarlo ellos mismos con todo e intereses, empleando el dinero completo de sus domingos, lo que implicará que en varios años no recibirán un solo centavo, hasta que terminen de pagar la deuda completa. En ese momento seguramente lo pensarán mejor y lo más probable es que acaben devolviendo lo que previamente habían escogido.


La razón es muy sencilla. Nada en la vida es gratis. Lo que cuestan las cosas alguien tiene que pagarlo. Los políticos no ponen un solo centavo de su bolsa para cubrir lo que anuncian le regalarán al pueblo. Simplemente nos cargarán a la cuenta de quienes si producimos lo que ofrecen entregarle a los demás y así, con nuestro dinero quedan bien y mantienen a su favor los votos cautivos de los presuntos beneficiados.


Por otro lado y hasta ahora, nadie ha presentado un estudio económico serio que muestre la rentabilidad del Tren Maya. Si llega a hacerse, requerirá un subsidio de miles de millones de pesos anuales para poder operar, porque en  opinión de los especialistas, los ingresos que genere no alcanzarán siguiera a cubrir los intereses del adeudo que contraerán y la operación del mismo.


Si realmente fuera rentable, que se concesione y lo construya la iniciativa privada. Si no lo es, que de plano se cancele.


La economía del país no está para tirar el dinero en experimentos fantasiosos ni en ocurrencias, cuando tenemos tantas necesidades pendientes de cubrir.


Si nos damos cuenta de la situación actual, no hay dinero suficiente para atender las prioridades en hospitales, medicinas, educación,  seguridad, impartición de justicia, drenaje, agua potable, plantas de tratamiento, rellenos sanitarios, bacheo, pavimentación, alumbrado público, electrificación, etc.


Las razones son simples: Hay demasiadas necesidades e ingresos insuficientes, porque muchos mexicanos están en la economía informal. Además, existe demasiada corrupción e ineficiencia; hay un exceso de personal cargado en la nómina burocrática, sin tener siquiera el perfil adecuado para el puesto asignado, realizando labores que no se justifican y que generalmente estorban. Fueron acomodados ahí por compromisos de campaña o pago de favores a los políticos.


Por si fuera poco, se emplean carretadas de dinero en programas asistencialistas que no sacan a la gente de la pobreza, porque son simples paliativos, pero eso sí, la mantienen sumisa y obediente.


La gente no necesita regalos que la hagan dependiente de la dádiva. La gente necesita empleo.


Y el empleo productivo mejor remunerado se da solamente a través de la inversión. Y la inversión se da solamente cuando hay seguridad, paz social y certidumbre jurídica; cuando se dan  facilidades para atraer los capitales.


Será tan difícil entenderlo?.


Si el gobierno entrante no lo entiende y por lo tanto no corrige las políticas públicas que implementará, los males que nos agobian seguirán creciendo y en lugar de avanzar retrocederemos.


Por cierto, hoy inicia la tan anunciada 4a transformación del país. Ojalá y las nuevas autoridades actúen con mesura, sentido común y espíritu de conciliación para sumar voluntades y con su ejemplo motiven a todos los ciudadanos para trabajar unidos a favor de México.


En la actualidad hay dos modelos económicos en boga: El socialista donde el gobierno es el rector de la economía y el del libre mercado.


Ojalá y las nuevas autoridades entiendan cuando diseñen las políticas públicas que implementarán, que cuando hay crisis severas como la que vive Centroamérica, todos los migrantes quieren irse a trabajar a los Estados Unidos. Ninguno intenta ir a Cuba, a Venezuela o a Nicaragua.


¿Así o más claro?


¿No les parece a ustedes?


Muchas gracias y hasta el próximo sábado.



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