Apuradamente aguantaron una semana para abrir el fuego mediático el equipo de periodistas subvencionados del gobierno anterior para exhibir a los altos funcionarios de Morena, como el principio de una guerra que estará vigente durante todo el sexenio del gobierno de Cuitláhuac García.

De pasada también acusan de corrupto e ineficiente  al exalcalde de Veracruz, Ramón Poo, amenazan con sacar documentos gráficos de cómo dejaron en la ruina al puerto.

Será una intensa campaña donde se remontan sucias situaciones personales de los principales cuadros del gobierno morenista y para esta guerra informativa poseen los recursos públicos que manejaron a su antojo durante la pasada administración. El secretario Erick Cisneros,  es el primer objetivo por atreverse a cuestionar al exgobernador Yunes, al fiscal Winckler y al magistrado Álvarez.

No hay quien se salve,  si deja el gobierno estatal que sobrevivan políticamente, en este caso, no son simples adversarios,  sino verdaderos y peligrosos enemigos.

Justo es reconocer que durante décadas vivieron en la oposición y advirtieron de manera pública que van a regresar. Por la forma que actuaron cuando estuvieron en el poder, en esta futura ocasión,  sería peor en todos los aspectos.

De ninguno de los dos lados,  se ven reconocidas figuras del área especializada de comunicación, que conozcan a fondo los conocimientos del oficio y contar con las experiencias  a nivel nacional y estatal, sobre las estrategias mediáticas  a seguir.

En el Orfis se nada de muertito

 Atinadamente la columnista y abogada Magda Zayas,  describe la mediocre actuación del auditor del Órgano Superior de Fiscalización,  Lorenzo Portilla Vázquez, quien ha sabido nadar de muertito en las pasadas administraciones de Javier Duarte y Miguel Yunes.

Su función primaria de dar a conocer las graves anomalías cometidas por los funcionarios del PRIAN las deja pasar y,  ahora se toma su tiempo para hacer declaraciones sobre algunos olvidados aspectos de ilegalidad que ya se han manejado en todos los medios.

No perder su trabajo es la triste realidad de su descuidado quehacer, tratar de quedar bien con los que están en el poder es el propósito de su inactividad.

Se cerró el cerco en contra de Karime Macías

No hay forma legal que justifique el derroche de recursos públicos de Karime Macías, esposa del recluso Javier Duarte de Ochoa, quien reconoció su culpabilidad de lo que está acusado.

La señora Duarte está denunciada por la Secretaría de Hacienda de defraudación fiscal y para ello se cuentan con las pruebas de gastos millonarios realizados durante el tiempo que trabajó en el DIF estatal y se acostumbró a ese lujoso tren de vida,  tampoco ocultó la dilapidación de recursos que posee, en  suntuosos gastos millonarios que realiza en su forma de vivir en el extranjero.

Nadie sabe que la señora y su marido hayan trabajado  en alguna empresa privada o que desarrollen alguna actividad profesional que no sea dentro del presupuesto estatal del gobierno de Veracruz.

Se desconoce que se hayan sacado la lotería, el único juego de azar, es como obtener mayores recursos públicos con la complicidad de su consentido funcionario y preferido personal, el exsecretario de Finanzas, Tarek Abdala.