martes, 28 de mayo del 2024
 
Por Cecilio García Cruz
Columna: Jesús te ampare
¡Los 100 días de Cuitla!
2019-03-07 | 08:14:01

Las encuestas tienen como finalidad investigar los estados de opinión, actitudes o comportamientos del ser humano en asuntos específicos.


Hay trabajos que son auténticos “trajes a la medida” para posicionar y “engalanar” a un personaje de la vida pública.


¡El que paga manda!


Otros, son estudios rigurosos realizados por empresas serias y que gozan de gran prestigio.


A casi 100 días del gobierno de AMLO, el presidente aparece con una sorprendente aprobación ciudadana del 78 por ciento, según encuesta del periódico El Financiero.


La popularidad del mandatario crece a pesar de las “mañaneras” (conferencias matutinas) que tarde o temprano, tendrán menos rating.


En un inicio son novedosas, pero con el tiempo se vuelven tediosas y más cuando adolecen de documentos que avalen lo difundido.


En Veracruz, no hay mañaneras, pero eso sí, un desánimo tremendo que no levantó ni con las fiestas carnestolendas.


La empresa Notimedios MX desarrolló su propia investigación: “Si hoy fueran las elecciones de gobernador ¿Votarías de nuevo por Cuitláhuac?”


“Un 17% sí lo haría, pero otro 83 % expresó que NO, sería un error”.


Cuitláhuac, es un hombre bueno y honesto, pero tiene una “piedrota en el zapato” que lo empina y daña: su propio secretario de gobierno.


El inefable Eric Cisneros navega con bandera de “tontejo”, pero en realidad anhela poderes para contener sus propias ansiedades, angustias, ambiciones insanas, pueriles, cobardes, de idiotas.


Dos temas reprochan los veracruzanos: la inseguridad y la salud, entre otros.


Estas delicadas premisas no deben quedar en solo promesas de campaña.


Son prioridades de cualquier gobierno.


Desde hace muchos años la inseguridad y la violencia campean por el solar veracruzano, ante el desasosiego de una sociedad cansada de sufrir en carne propia la incertidumbre diaria.


Los grupos delincuenciales rebasan a los cuerpos de seguridad, no sólo en número, sino también en organización, armamento y movilización.


Crecen el secuestro, ejecuciones, feminicidios, asaltos y homicidios.


Se padece una violencia crónica y la sociedad vive indignada y amedrentada.


La falta de atención médica en la clase más necesitada ha sido una constante.


Clínicas convertidas en verdaderos cascarones y los grandes Centros de Especialidades carecen de lo más indispensable.


La nueva administración no encuentra la cuadratura al círculo para brindar espléndidos resultados a los votantes.


Por declaraciones de los actores responsables de combatir la inseguridad y garantizar la salud de los veracruzanos, están en espera del rescate de la federación.


Por un lado, la integración y llegada de la Guardia Nacional, que se considera la panacea para combatir al crimen organizado y abatir drásticamente la violencia.


El tiempo apremia.


Sobre todo, cuando el inepto Hugo Gutiérrez Maldonado, secretario de Seguridad Pública, reconoce que no hay policías suficientes ni medios para movilizarlos.


En sus propias palabras: los cuerpos de seguridad están rebasados por los cárteles del crimen organizado. Al menos 8 se disputan el territorio veracruzano.


Tres meses son suficientes para que el regiomontano conozca el terruño, así como a los elementos bajo su mando, amén de las necesidades de la población.


El funcionario debe tener su plan emergente para frenar la delincuencia común que, por lo visto, también está muy bien organizada.


En materia de salud, la situación es caótica. Triste. Nepotismo, sin rubor. Cinismo puro.


 


La ausencia de médicos y el desabasto de medicinas adquieren tintes catastróficos.


Y eso lo sabía el desaliñado secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, quien ha sufrido en carne propia el desbarajuste del sistema burocrático-hospitalario.


Por eso alarma que reconozca el desabasto de medicamentos y de fármacos para enfermedades críticas.


Lo peor es que acepta que no hay recursos para resolver el problema.


Pero eso sí, tiene a su parentela en cargos de gran responsabilidad, convirtiéndose en el “Rey del Nepotismo” de este gobierno.


El delegado federal Manuel Huerta, puso el dedo en la llaga al afirmar que los tres primeros meses del año correspondería al Estado abastecer los medicamentos, y después sería el gobierno de la república.


Exhibió la fragilidad de la administración estatal que no previó el desbasto y puso en peligro la vida de muchos enfermos crónicos.


Por el momento Manuel, el descortés, el hosco, el golfo e incivil, no está en el ánimo del dueño de las “mañaneras”.


Ante este panorama, a punto de rebasar los primeros 100 días de la administración morenista, siguen pendientes dos de los grandes flagelos que lastiman a los veracruzanos.


Ante este escenario sólo queda gritar a los cuatro vientos:


¡¡¡Sálvese quien pueda!!!

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