miércoles, 05 de junio del 2024
 
Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: Encendiendo las alarmas
Encendiendo las alarmas
2019-05-11 | 09:06:56

Antes que nada, muchas felicidades para todas las mamás. Esperamos que hayan pasado su día muy contentas, en compañía de sus seres queridos.


 Por otro lado, debo comentarles con preocupación que si bien sonaban atractivas algunas propuestas presentadas por el Lic. López Obrador cuando era candidato,  ya como presidente no las está cumpliendo y aquéllas que ha llevado a la práctica no están dando los  resultados esperados.


 Ofreció abrazos y no balazos y el número de  delitos donde mueren personas inocentes están subiendo.


 Quería becarios y no sicarios. Los sicarios abundan como acaba de suceder en Cuernavaca Morelos  y en otras partes del país.


Los delincuentes están desatados y los ciudadanos estamos alarmados y arrinconados.


Ofreció amor y paz y está dividiendo a la comunidad en cada conferencia mañanera que ofrece, donde quienes piensan diferente a él son tachados de conservadores y fifís.


Ofreció transparencia y está haciendo compras sin licitación, asignadas con quien sabe qué criterios.


Ofreció combatir la corrupción y acabar con la impunidad. No hay un solo pez gordo detenido y los saqueadores del erario andan muy campantes gastando lo mal habido.


Ofreció respaldar a los pobres y está empobreciendo a los empleados públicos que han sido despedidos sin miramientos y sin  liquidación.


Ofreció apoyar a los trabajadores y a las madres que trabajan les quitó las guarderías.


Ofreció mejorar el sistema de salud y quitó el seguro popular.


Ofreció abrogar la reforma educativa y acaba de aprobarse una nueva reforma que le da enorme poder a los sindicatos magisteriales y hace a un lado los legítimos intereses de los alumnos, no obstante que lo que necesitamos en ese sector es  más calidad educativa, menos grilla y menos ambición por controlar el presupuesto.


Ofreció que si el aeropuerto de Texcoco era viable técnicamente hablando, se lo dejaría a la iniciativa privada para que ésta lo construyera y operara en lugar de que lo hiciera el gobierno con recursos públicos. No cumplió su palabra empeñada, a pesar de que los conocedores del tema afirman con estudios en la mano que el de Texcoco era la mejor opción, o la menos mala.


Obsesionado con construir el nuevo aeropuerto en Santa Lucía, está impulsando esa obra a pesar de que expertos internacionales en transporte aéreo señalan que es totalmente inviable su operación simultánea con el actual aeropuerto de la ciudad de México, lo que condena al fracaso  el futuro de la cuantiosa inversión que se hará  en Santa Lucía.


En lugar de rehabilitar las refinerías existentes en el país,  pretende hacer una nueva en Tabasco, no obstante que los técnicos calificados afirman de manera rotunda que dicho proyecto no es rentable. De ser así terminaremos tirando a la basura más de 160 mil millones de pesos que destinarán a esa obra, mismos que terminaremos pagando los contribuyentes. En un país con tantas carencias, el despilfarro de recursos es verdaderamente grave.


Por otro lado, si dicha obra la hacen PEMEX y la Secretaría de Energía, tal y como ya lo anunció, cuyos titulares por cierto no tienen ninguna experiencia en la construcción de refinerías; la corrupción, los disparates, la improvisación y las ocurrencias, harán que dicho presupuesto se vaya al doble o al triple, lo mismo pasará con el plazo de ejecución. Para poner un ejemplo claro: Van a poner a operar a un enfermo grave a quienes jamás en su vida han hecho una cirugía.


Para quienes ya no se acuerdan, habrá que recordarles que  Laguna Verde se convirtió en un enorme pozo sin fondo, donde la mayoría de los funcionarios de alto nivel que dirigieron la obra se enriquecieron en forma escandalosa. Tardó tanto la planta en terminarse que cuando por fin se concluyó, muchos años después de lo previsto, la tecnología empleada era ya obsoleta.


Por si esto fuera poco, el actual gobierno federal también nos receta otra ocurrencia: El Tren Maya; que por cierto nadie pidió. En lugar de destinar recursos para reparar, ampliar y mejorar las carreteras existentes, que utilizamos todos y que están bastante deterioradas, para hacer ese tren le quita presupuesto a salud, al medio ambiente, al transporte y a la seguridad.


En lugar de dar estímulos para que las empresas privadas generen empleos productivos, la nueva administración regala becas a estudiantes, sin exigirles a cambio por lo menos un promedio mínimo de calificaciones. Con esto, buena parte de la cultura del esfuerzo que aún nos queda, se perderá.


Da pensiones a quienes jamás cotizaron y salarios a quienes no trabajan.


Esto no resuelve problemas. Solo los pospone y acrecienta formándose una bola de nieve que en el mediano plazo nadie podrá parar.


Por tantas y tan variadas ocurrencias, la economía se desacelera, la inversión se frena, el turismo cae, el desempleo aumenta y el presidente no se da cuenta de ello, o no quiere darse cuenta, lo cual sería peor.


El está rodeado de un grupo de aduladores que no cuestionan sus decisiones sino que como focas de circo se las aplauden, aunque sean contrarias a los intereses del país.


Antes, en  el gobierno había muchos  rateros. Ahora, hay una mezcla variopinta de rateros agazapados que esperan la oportunidad para sacar las uñas y grillos populistas convertidos en burócratas incompetentes.


¡Pobre México!.


¿No les parece a Ustedes?.


Muchas gracias y un buen fin de semana.



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