miércoles, 05 de junio del 2024
 
Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: ¡No le busquemos tres pies al gato!
¡No le busquemos tres pies al gato!
2019-06-01 | 09:35:08

No cabe duda de que en México cada cierto tiempo se asoma el fenómeno del populismo, mismo que a lo largo de nuestra historia ha resultado nefasto para el país.


Este surge porque muchos de nuestros políticos sucumben ante la tentación de pasar a la historia como redentores y benefactores del pueblo mexicano.


Solo que la mayoría de ellos no busca lograr ese beneficio poniendo orden, mejorando la educación, restableciendo el imperio de la Ley para que haya certidumbre jurídica y promoviendo la inversión productiva, para que tengamos más empleos mejor remunerados y se creen oportunidades para todos, sino que prefieren hacerlo por la vía fácil de la demagogia, el discurso rollero que habla de derechos sin mencionar obligaciones, la dádiva y el halago a quienes por su ignorancia son fácilmente manipulables para que le den su voto a los que ofrecen que los sacarán de la pobreza sin trabajar.


Ha habido en el pasado quienes regalaron tierras y propiedades ajenas, sin antes pagarlas, lo que desde luego no corresponde a una expropiación, sino a una confiscación. Regalar lo ajeno es un delito cuando se hace sin el consentimiento del dueño y sin pagarle a éste el justo valor de lo que le quitaron.


Cada vez que algún iluminado ha hecho esto a lo largo de nuestra historia, damos un gran salto, pero para atrás.


Cada vez que se da un fenómeno de esta naturaleza, la inversión productiva huye y difícilmente regresa. Tienen que pasar muchos años para que con un gran esfuerzo se restablezca la confianza en el país y los capitales regresen.


Hay quienes creen, gracias a la propaganda oficial, que la llegada de capital extranjero es mala para el país. Olvidan que es preferible que vengan capitales foráneos a invertir, que traigan tecnología que aquí no tenemos, que generen empleos que necesitamos, que se ajusten a las Leyes mexicanas, pero sobre todo que asuman riesgos; a tener que recibir capitales vía préstamos o inversiones especulativas, los cuales arriesgan poco, obtienen altas ganancias y no se comprometen con el país, además de que pueden huir a su país de origen con un simple teclazo de computadora.


Pues bien, ese populismo pernicioso que periódicamente aparece en México, tiene una nueva vertiente que amenaza con causarnos más problemas de los que ya tenemos.


La errática política migratoria que el gobierno mexicano ha adoptado de varios años a la fecha, está ocasionando que lleguen aquí decenas de miles de indocumentados africanos, cubanos, centroamericanos y de otras nacionalidades, quienes desean a toda costa llegar a los Estados Unidos, pensando encontrar ahí la tierra prometida.


Lo grave del asunto es que las autoridades mexicanas los están dejando ingresar al país y se quedan varados aquí, causándonos problemas, simplemente porque el gobierno estadounidense no los deja ni dejará entrar a su territorio sin visa.


Además, revueltos entre los que buscan empleo y un mejor nivel de vida, vienen colados delincuentes que tan pronto llegan a México empiezan a hacer de las suyas.


En otras palabras, un problema generado en otras naciones, que es obligación de esas mismas naciones resolver, nos los están endosando cómodamente a nosotros, lo que amenaza con provocarnos mayores contratiempos, sobre todo ahora que tenemos un crecimiento cercano a cero.


La falta del estado de derecho en México, hace que los indocumentados entren como Pedro por su casa, de manera ilegal, desordenada e incluso violenta en determinados casos y acaba de ocasionar que Donald Trump, al ver que aquí no se hace nada serio por frenar las oleadas de migrantes que intentan llegar a los Estados Unidos, nos amenace con aplicar a partir del 10 de junio un arancel del 5% a todos los productos que nos compran, lo que nos hará perder mercado.


Lo malo es que también amenaza con ir subiendo paulatinamente los aranceles hasta alcanzar un 25% en octubre próximo, lo que terminará por arruinar nuestra ya de por sí maltrecha economía.


¡Pero qué necesidad de andar metiéndonos en problemas!. Ojalá y las autoridades mexicanas se pongan las pilas y atiendan este asunto, antes de que se enrede más.


Los discursos patrióticos y los llamados a evitar la injusticia con que pretenden tratarnos, no son argumentos serios para detener lo que podrá ser el tiro de gracia a nuestra economía.


Mientras el gobierno mexicano ande de queda bien con quienes pretenden entrar a la Unión Americana sin permiso y les permita el libre tránsito por nuestro país para que alcancen su meta, vamos a tener en contra al Coloso del Norte, cuyo presidente es también populista y además está en campaña.


Resulta obvio que estas medidas le acarrearán votos. Por eso las endurecerá si no hacemos nada y se sigue alentando la migración de personas que no son ni siquiera mexicanas y a las cuales hasta transporte se les da para que lleguen a la frontera.


Tan fácil que sería para México controlar su frontera sur en lugar de andarle buscándole tres pies al gato, facilitando el ingreso y el tránsito por nuestro país a quienes entran sin cumplir con las formalidades que nuestras propias leyes establecen y que de continuar haciéndolo, nos meterán en más problemas sociales, económicos y hasta de salud.


Seamos prácticos y no nos andemos por las ramas.


¿No les parece a Ustedes?.


Muchas gracias y un buen fin de semana.



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