Parecía que sería intocable el exgobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares a pesar de las denuncias presentadas ante la Fiscalía General de la Nación. Había transcurrido más de un año de que perdiera las elecciones para la gubernatura, unos costosos y bien trabajados comicios para seguir en el poder través de su primogénito. Pasó el tiempo y nada pasaba, el inquieto político choleño se mantenía tranquilo, asistiendo a los conocidos cafés boqueños con su nervioso secretario de gobierno.

Estaba más que consciente que muy pronto se terminaría la incertidumbre sobre su destino personal. Hasta que llegó el pasado viernes la primera advertencia de lo que viene en cascada.   

El secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez exige que lo investiguen y lo cite el fiscal Jorge Winckler sobre una posible involucración de la autoría intelectual del homicidio de la exalcaldesa de Mixtla.

Un delito que lo más seguro es que no lo inquiete, lo que le provoca el insomnio y preocupa en serio es lo que hay detrás. Él sabe que es sólo el principio de una persecución de la misma naturaleza que él realizara en múltiples ocasiones, desde que trabajaba como gobernador sustituto cuando su nombramiento era de secretario de Gobierno del entonces Ejecutivo Estatal Patricio Chirinos Calero que vivía en México.

El verdadero problema del exgobernador es su pasado, recuerdos de graves acciones ilegales que son verdaderas pesadillas que lo tienen atrapado.

Dos exgobernadores son responsables

Se ha manejado hasta el cansancio de lo chambón y falta de conocimiento delaciencia del Derecho del presidente del Tribunal Superior de Justicia, Edel Álvarez Peña, desde que lo nombró el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán los compañeros magistrados de aquel entonces se opusieron a su designación, si bien es cierto se burlaron de ese nombramiento de manera ofensiva exhibiendo su ignorancia e inadecuado perfil. Lo más grave y absurdo fue su designación de presidente del TSJV, un conflicto de intereses con el gobernador Yunes Linares. 

Dentro de este contexto de absurdas ilegalidades están involucrados dos exgobernadores del PRI y del PAN, Fidel y Miguel, que paradójicamente son enemigos tanto en lo político como de índole personal…pero según ellos cumplen con sus compromisos.   

Sin el menor rubor de la información

No hay duda que la oposición política en el Estado de Veracruz sí conoce la fuerza y el eficaz manejo de la comunicación. Utilizan a columnistas y reporteros para canalizar sus intereses aprovechando el desconocimiento e inexperiencia de estas áreas del gobierno estatal.

El caso del auditor general del Orfis, contador Antonio Lorenzo Portilla que evitan que siga en su cargo y con ello bloquear el seguimiento que el funcionario le está dando a las cuentas públicas de 2017 y 2018 del anterior gobierno local yunista y de algunos ayuntamientos que ejercieron sus presupuestos como si se hubieran sacado los ediles la lotería. 

No les da ningún rubor o complejo periodístico al exhibir y criticar a las autoridades morenistas y defender hasta la ignominia a los miembros del Poder Judicial que fueron impuestos por la administración anterior con la reiterada finalidad de cuidarles las espaldas a los que defraudaron al pueblo y al estado veracruzano que lo habían considerado como un patrimonio familiar.