jueves, 16 de mayo del 2024
 
Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: Derechos y obligaciones
Derechos y obligaciones
2019-08-24 | 09:03:27

Todos los ciudadanos tenemos el derecho a manifestarnos cuando las autoridades hacen o dejan de hacer algo que nos afecta.


Solamente hay que aclarar, que no puede haber derechos si éstos no van debidamente aparejados con sus respectivas obligaciones.


Las obligaciones o deberes son los mismos que existen de manera general en cualquier nación civilizada y democrática. Dicho en otras palabras:


Las manifestaciones, deben ser respetuosas y pacíficas.


No puede ser que para protestar contra la terrible e imparable violencia que padecemos, haya manifestaciones violentas en México.


El fuego no se combate con el fuego, porque las cosas empeoran en lugar de mejorar y podemos caer en un conflicto de mayores proporciones, del cual será después muy difícil  salir avante. Cuando hay violencia y ésta queda impune, corremos el riesgo de caer en la anarquía.


Por eso resulta criticable la violenta manifestación que hicieron la semana pasada en la Ciudad de México un grupo de personas que pintarrajearon el monumento a la independencia, quemaron una delegación de  policía y destruyeron una parada del metrobús.


Además, golpearon y lastimaron a un reportero e hirieron a una docena de policías y bomberos a los que prácticamente agarraron de piñata, porque simplemente los revoltosos que se infiltraron en la manifestación, tenían la consigna de crear desorden y como las actuales autoridades no quieren parecer represoras, mandan resguardar el orden a quienes no dotan siquiera del equipo necesario para contener una manifestación violenta y solo  sirven para que los manifestantes se desahoguen  golpeándolos.


Cuando a la autoridad no se le respeta, cuando a la autoridad se le ultraja, cuando se destrozan los edificios públicos y vandalizan los monumentos históricos, las cosas andan mal.


Reprimir a manifestantes pacíficos es un delito.


Pero también lo es cuando en lugar de aplicar la Ley a los vándalos revoltosos, se les deja hacer y deshacer en perjuicio del país y de los ciudadanos pacíficos.


Todos los daños ocasionados los tendremos que terminar pagando los que cumplimos con el pago de nuestros impuestos.


A los que quemaron, dañaron, golpearon, hirieron, destruyeron y vandalizaron, ni siquiera carpetas de investigación se les abrirán, lo cual alienta el desorden, la impunidad y la ausencia de un estado de derecho.


Así seguiremos en el tercermundismo ramplón, donde cada quien hace lo que le da la gana. El problema es que esto puede escalar.


Aclaro que las manifestaciones son necesarias para que las autoridades escuchen el clamor ciudadano y rectifiquen corrigiendo lo que está mal. La única condición es que deben ser respetuosas y pacíficas. Esto es parte de la democracia.


Pero el que los políticos no hagan nada cuando la violencia se desborda en una manifestación, es una pésima señal. Algunos  pretenden estar en un cargo público, con los reflectores puestos encima, cobrando un sueldo y disfrutando de las mieles del poder, olvidando la obligación que tienen de cumplir con su responsabilidad, a veces incómoda, de poner orden cuando haga falta, para no caer en el caos.


No pueden los políticos continuar nadando de a muertito y seguir evadiendo sus responsabilidades. Que no pretendan subirse a un ring de lucha libre y contender pero sin despeinarse. Eso es tibieza y falta de compromiso.


El cumplir con sus obligaciones debe  de estar siempre por encima de su carrera política.


No les parece a Ustedes?.


Muchas gracias y un buen fin de semana



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