“El callar no es no haber qué decir, sino no caber en las voces lo mucho que hay que decir”: Sor Juana Inés de la Cruz

Los Loret de Mola son inmigrantes españoles que llegaron a Yucatán en los siglos XIX y XX.

Algunos se establecieron en Mérida,como la familia encabezada por Carlos Loret de Mola Mediz.

Y cobraron gran relevancia por destacar en la política y el periodismo a nivel nacional.

Es el caso de don Carlos (QEPD), su hijo Rafael Loret de Mola Vadillo y su nieto Carlos Loret de Mola Álvarez.

Se han distinguido también por difundir el arte culinario y cultural de su tierra sureña. Pero lo que corre por sus venas es una gran pasión por el periodismo y la política.

El patriarca, el hombre sabio, fue don Carlos, periodista controvertido y exgobernador de su estado natal en 1970.

Lo conocí cuando se desempeñó como asesor político de su amigo el exgobernador de Veracruz, Agustín Acosta Lagunes.

En aquellos ayeres me encomendaron el área de Comunicación Social del gobierno estatal y él fue pieza clave en mi desarrollo profesional.

Dos de sus hijos, Rafael y Alberto ejercieron muy jóvenes el periodismo, difícil tarea, pero apasionante profesión.

Rafael, padre de Carlos, el extitular del programa matutino “Despierta” de Televisa, difundió el pasado 24 de agosto, en los modos tremendistas y exacerbados que estila, una video columna donde lanza una explosiva declaración:

…“Por eso me preocupa tanto el día de hoy hablar de que se haya creado ya un espacio en donde parece que hay coto de cacería contra periodistas.

“¿A cambio de qué?

“Vamos a decirlo claro porque no se ha dicho con esta meridiana claridad. El presidente López Obrador en las vísperas de su informe comenzó personalmente o a través de algún testaferro que era o que es Alfonso Romo Garza, a negociar escandalosos convenios de publicidad con los medios informativos de mayor calado en la República. No sé si habrán notado que muchos de ellos han bajado el tono, han bajado las manitas y hasta la dignidad.

“En el caso de Televisa, por ejemplo, un convenio de mil millones de pesos no es cualquier cosa, es una enorme cantidad de dinero y, claro, a cambio de ello puede pedir cualquier cosa. Puede hacer que se guillotine a un periodista, puede lograr modificar el formato de los programas noticiosos. Puede hacer que hasta las arpías que alguna vez pasaron por los foros de Televisa, se alcen en armas cuando yo conozco las historias.

“Pero el convenio de publicidad está asegurado”.

Cinco meses antes, el 31 de marzo, el mismo Rafael produjo también otra cápsula con dedicatoria especial para el presidente López Obrador:

“Pongo en estos momentos en sus manos la vida de mi hijo y mi propia vida. Cualquier cosa que nos pase será culpa del presidente Andrés Manuel López Obrador. Las amenazas han arreciado, las infamias también. Nunca en la historia de nuestro país, habíamos llegado a estar pisoteados de esta manera por el poder público. Y no lo voy a tolerar”.

El viernes 23 de agosto, su hijo Carlos, periodista y economista, fue abruptamente relevado del noticiario “Despierta”.

Cercanos colaboradores que fueron despedidos también, comentaron en corto que la empresa había recibido presiones de carácter político para “sacar del aire” al joven comunicador.

Las críticas rigurosas y puntuales de Loret, en especial al poder político, fueron sustentadas por análisis veraces y precisos; siempre ausentes de sentimientos de superioridad frente a los demás.

Al despedirse de su auditorio, escribió en su columna “Historias de reportero” que publica El Universal: “Deseo que Televisa y sus directivos tengan el mayor de los éxitos en las estrategias que han diseñado para lograr superar los retos de los nuevos tiempos”.

Hoy está en la mira de importante consorcio de TV, para que esa voz crítica y puntual, se incorpore a un programa noticioso con horario estelar.

El periodista analiza esa importante propuesta, pero antes tomará un “respiro” para dedicarle más tiempo a su familia.

En resumen, hay dos elementos en el escenario que se relacionan con el “relevo” de Loret de Mola del programa “Despierta”.

Las amenazas muy graves hacia los dos comunicadores (padre e hijo), y el jugoso convenio del gobierno federal a cambio de la “cabeza” del cachorro de los Loret de Mola.

Me inclino por la segunda.