Con motivo de la reunión entre el Fiscal General, Jorge Winckler Ortiz y el Gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, el primero ha dado a conocer que “ya hay bastantes avances, obvio quisiera tener la cortesía de primero informar al señor gobernador y después lo haremos público”.

Su señalamiento al respecto de los trágicos hechos provocados por la delincuencia organizada en Coatzacoalcos, en el Bar El caballo Blanco, genera un compromiso ineludible de que tiene la respuesta en las manos.

Pero debido a que pretenden conciliar ambas autoridades, tras un heredado y prolongado conflicto, una alegando su autonomía, y otra acusando que la administración de la Justicia es parte de la complicidad del pasado, esto complica un entendimiento afable y coordinado. Pero más aún, darle crédito a dichos anuncios

Y así, igual, fue a unos días, ni siquiera había pasado una semana, de la otra aberrante masacre de 13 personas en Minatitlán, Veracruz, entre ellos un bebé; aquel viernes 19 de abril, cuando Winckler dijo que ya tenía las líneas para resolver el caso.

Incluso habló de más de una docena de entrevistas y de otras evidencias que se estaban integrando. Mencionó el nombre de dos cárteles de la delincuencia. Han pasado casi seis meses, y el asunto no ha sido aclarado.

Ahora, ofrece que de un momento a otro se tendría la información o la resolución del caso del incendio premeditado y sanguinario ataque del bar. Más no aclara si hay detenidos o si podría haber, porque un hecho como estos no puede resolverse si no hay responsables, o seguramente, al estilo que se ha acostumbrado en los últimos meses, aparezcan los autores materiales muertos y con ello se dé por concluido este acontecimiento.

Así pasó con él o los asesinos de la hija de la diputada Carmen Medel Palma, cuando fue ejecutada en un gimnasio de Ciudad Mendoza, y con los responsables del crimen de la alcaldesa de Mixtla de Altamirano. Es el modus operandi de la Justicia en Veracruz y en estas dos masacres puede ser la misma historia.

Lo cierto es que si ambas autoridades, el gobernador Cuitláhuac Jiménez y el fiscal se han dado a la tarea, por separado, tras esa reunión “conciliatoria”, lo sano y conveniente para dar a conocer a la opinión pública es informar lo relevante de las investigaciones, cumplir si efectivamente hay voluntad de dar con los responsables de dicha masacre.

Si no hay sustento y la visita de Winckler al palacio de Gobierno fue una simulación, no pasarán ni 48 horas cuando de nueva cuenta se vea fustigado y exigido para que de resultados. Y el torpedeo se reinicie de lado y lado.

Lamentable que a pesar de los supuestos acuerdos de trabajar coordinadamente, entre ambas instancias, el responsable de las indagatorias no muestre un real interés por aplicar la justicia, de la que tanto se adolece, y base de la impunidad que permite una y otra vez hechos sangrientos y la espiral de la violencia en la que Veracruz se encuentra sumergido.

MUY EN CORTO

VAN 62 POR EL ORFIS.

De acuerdo a la fecha en que se cumplió el plazo para el registro de los aspirantes a dirigir el Orfis, se habían anotado 58 candidatos a ocupar el puesto, incluido por cierto, el actual titular, Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, que busca repetir en el mismo.

Pero trascendió que había cuatro nombres más que al final fueron incluidos en la lista. Y el cuestionamiento de algunos analistas en redes sociales este lunes, era el porqué se habría permitido que entraran estos cuatro “tapados” más.

¿Qué acaso entre ellos estarán preparando el relevo de Portilla?

Estarían violentando la convocatoria, de ser así.