jueves, 16 de mayo del 2024
 
Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: En memoria de Don Eugenio
En memoria de Don Eugenio
2019-09-28 | 09:22:48

Existe en ese estado una tierra seca y un clima extremoso que complicó la agricultura y limitó durante muchos años el desarrollo de esa región. Sin embargo, dichas adversidades no desanimaron a sus habitantes, sino que les sirvieron de acicate para templar su espíritu y a través del trabajo, el esfuerzo y el ahorro, lograron construir un emporio basado primero en el comercio y posteriormente en la industria y los servicios.


Contribuyó a vencer esos retos una clase empresarial de vanguardia que se preocupó no solo por crear riqueza, sino por ver que ésta se compartiera con justicia entre quienes la generaban, a través de mejores sueldos y prestaciones para sus empleados. Como las intenciones no se demuestran con palabras, sino con hechos, los empresarios de Monterrey fueron pioneros en darles a sus trabajadores guarderías, servicios médicos y vivienda, cuando ni siquiera existían en México el Seguro Social y el Infonavit.


La necesidad de tener instituciones educativas de excelencia que prepararan a los profesionistas que requería ese estado para desarrollarse, llevó a sus empresarios, encabezados por Don Eugenio a crear el Instituto Tecnológico de Monterrey. Por la alta calidad de su enseñanza, dicha escuela se convirtió pronto en un referente  educativo a nivel nacional e internacional.


A esa clase empresarial visionaria, comprometida con el país, generadora de riqueza bien habida y utilizada con sentido social, pertenecía Don Eugenio Garza Sada, quien en su momento fue uno de los líderes más destacados de Nuevo León y de México.


Como en 1973 padecíamos un gobierno  populista, admirador de Fidel Casto y de Salvador Allende, cuya estrategia era dividir y enfrentar, no tardaron en surgir los desadaptados sociales que para estar a tono con los discursos gubernamentales, intentaron secuestrar a Don Eugenio. En ese intento terminaron asesinándolo.


Dicho crimen conmocionó al país. El presidente se vio obligado a acudir a su sepelio en un intento de calmar las aguas que él mismo agitó.


La nación perdió a un gran empresario. Quienes creen que ayudan a mejorar las cosas en México a través de la violencia, en lugar de hacerlo mediante el estudio, la superación y el trabajo, están y estarán totalmente perdidos. Nadie puede lograr el progreso destruyendo y asesinando.


Por todas estas razones la opinión pública responsable se le fue encima a un tal Pedro Salmerón, funcionario público de un Instituto que estudia las revoluciones en México, quien con total desparpajo calificó como jóvenes valientes a quienes asesinaron a una persona de bien como Don Eugenio. La ola de indignación que esta declaración irresponsable provocó hizo que Pedro Salmerón renunciara o lo renunciaran.


Pero cuidado. Eso no es todo. Como estamos en un país donde algunas cosas están de cabeza, otros funcionarios de la llamada 4T le acaban de hacer un reconocimiento público a los ex- guerrilleros que el 23 de septiembre de 1965, imitando a los revolucionarios cubanos que atacaron el Cuartel Moncada, atacaron un cuartel militar en Cd Madera Chihuahua, donde mataron a varios soldados. Que bueno que dicho movimiento fracasó, porque si hubiese triunfado, habríamos perdido en México las pocas libertades que aún tenemos.


Me parece que hacer una apología de la violencia no nos conduce a ningún lado. La única forma de cambiar las cosas para mejorarlas es a través del trabajo, el estudio, la superación, el respeto y la sana convivencia.


Lamentablemente, algunos de los funcionarios actuales olvidan sus deberes y alientan el divisionismo basándose en una ideología que solo ha generado pobreza. ¡Esto, no es bueno ni sano para el país!.


No les parece a Ustedes?


Muchas gracias y un buen inicio de semana.



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