Desde que tuvieron el primer encuentro, Javier Duarte y Enrique Peña Nieto, se identificaron.

Estrecharon lazos de conveniencia política.

Pero nunca fueron amigos.

Eso sí, prolongadas sonrisas, apapachos y pactos políticos, eran el pan nuestro de cada día. El interés, obviamente, siempre por delante.

Pronto, muy pronto, la corrupción salió a flote en la política mexicana y enlodó a encumbrados funcionarios, llevándose entre las patas al gobernador de Veracruz.

Con el correr del tiempo la relación Peña-Duarte se “fracturó”, y por supuesto, el hilo se rompió por lo más delgado.

El entonces presidente sacrificó al gobernador “amigo” y lo encarceló culpándolo de diversos delitos como el de asociación delictuosa y lavado de dinero.

Mientras, el ex mandatario Peña Nieto, recorre el mundo enamorado y disfrazado con gorras y pelucas para no ser identificado.

Cuenta su pareja Tania que Enrique replica el comportamiento de Brad Pitt, porque se siente galán como el célebre actor estadounidense.

Hoy, con un gobierno federal austero que se ufana de “no mentir”, “no robar” y “no traicionar”, Javier Duarte suelta su voz y envía mensajes desde el reclusorio Norte al ex presidente Peña Nieto y a otros políticos.

El cordobés está por entregar pruebas contundentes a la Fiscalía General de la República, para “desenmascarar” al ex mandatario, por quien desvió recursos del gobierno de Veracruz para su campaña política en 2012.

O sea, quiere entregar la “cabeza” de Peña Nieto a la 4T, a cambio de su libertad.

En tanto,Televisa facilitó los micrófonos de “Despierta” a Duarte de Ochoa, quien alzó la voz:

“Era la única manera que tenían de lavarse la cara, de que no lo acusaran (al presidente) como corrupto, era meter a alguien de los suyos a la cárcel (…) Yo era el priista más sacrificable”.

En la entrevista concedida a Danielle Dithurbide, Duarte puntualiza que pronto dejará el reclusorio, que no cometió delito alguno y que todo fue “la fabricación de un sicópata que gobernó Veracruz durante dos años, Miguel Ángel Yunes Linares”.

Vive, según él, como vivió (Benito) Juárez, en la honrada medianía.

AMLO no olvida lo de loco y viejo guango

El talentoso periodista Alejandro Aguirre, de Oliva Radio y corresponsal de importantes medios de comunicación de CDMX, logró también entrevistar al ex gobernador de Veracruz.

En un pinponeo de preguntas, respuestas y el comentario del autor de esta columna, Javier Duarte deslizó lo siguiente:

De Miguel Ángel Yunes, (refirió) “guácala, fuchi”.

Unos afirman que se encuentra “de turista” en Nueva York, con toda la familia.

Pero la semana pasada se le vio degustando gastronomía griega en un restaurante por el rumbo de Las Lomas, en CDMX. Nos cuentan que el ex gobernador al revisar su celular huyó despavorido del lugar. Ese mismo día se difundió una supuesta orden de aprehensión en su contra.

Su mini gobierno estuvo plagado de perversidad y sevicia que nunca pudo metabolizar.

Además, AMLO no olvida y menos perdona la agresión verbal de Yunes Linares y de su “Bodoque” (el junior), quienes lo calificaron de “loco, vividor, mentiroso, corrupto y viejo guango”.

Quien siembra vientos, cosecha tempestades.

De Jorge Winckler, (es un) “prófugo”.

Tiene orden de aprehensión por el delito de privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro. Anda a salto de mata.

De Tarek Abdalá y Vicente Benítez, (son unos)“traidores”.

Los dos ex funcionarios del duartismo gozan de una valiosa e inmensa fortuna que tienen “resguardada” en el extranjero. Tarek, soltó la sopa y Benítez entregó información confidencial a Yunes Linares, traicionando a su amigo, a su hermano que le extendió la mano y lo sacó de la pobreza. Parte de su inmensa fortuna la tiene invertida en Costa Rica.

De Alberto Silva, (lo espera) “Tuxpan”. Cabe mencionar que “El Cisne” está de nuevo tras la presidencia municipal de esa localidad huasteca. Tiene resuelta su situación económica y va por más. Su debilidad es la bipolaridad y frivolidad.

De Gabriel Deantes, “buen amigo”.

El ex subsecretario de Finanzas, también se enriqueció inexplicablemente durante el duartismo. Es el más fanfarrón y arrogante del grupo cercano a la familia Duarte Macías. Construyó una mansión que semeja ser un hotel de cinco estrellas.

DeArturo Bermúdez (expresó) un “extraordinario colaborador”.

Estuvo recluido en Pacho Viejo. Su fortuna es incalculable. Cuenta con hoteles en Veracruz y Quintana Roo; además tiene bienes inmuebles en CDMX y el extranjero.

De Cuitláhuac García, (un) “gobernador bueno”. Comenta Duarte que no lo conoce.

De AMLO, “muy trabajador”.

Nunca se ha reunido con el hoy Presidente de México.

Y de Peña Nieto, “Peluca”.

Fue su jefe político y hoy su adversario acérrimo.

En política los amigos son de a “mentiritas” y los enemigos son de verdad.