(Primera de 2 partes)

En los años que laboré como funcionario público, bajo el mando gubernamental de Don Agustín Acosta Lagunes (QEPD), por supuesto que afloraron diferencias y desencuentros entre miembros del gabinete.

Sin lugar a duda, el más destacado de esa camada de servidores públicos fue, Ignacio Rey Morales Lechuga, con quien me identifiqué plenamente y viví intensas horas de trabajo con el único propósito de servir a nuestro querido estado.

Nacho, cabildeaba y resolvía. Y yo, me refugiaba en él porque, además, era mi jefe directo.

Recuerdo que se presentaron diferencias entre el secretario de Gobierno (Morales Lechuga) y José Luis Pérez Chow, que administraba los recursos públicos.

Pero, una sola imagen agradable de Nacho y José Luis departiendo un café en el restaurante La Pérgola, “borraba”, de tajo ante la opinión pública, los desencuentros, los odios y los rencores.

Don Agustín, finalmente, salió como los grandes toreros, en hombros y con vítores de su pueblo.

Es recordado por su inmensa obra pública, austeridad y eficiencia en la aplicación de los recursos.

Me honro en haber participado en forma directa en su equipo de trabajo, con un personaje de la talla intelectual de Don Agustín.

Hoy, observo que en política se viven auténticas “guerras encarnizadas”, que culminan con el encarcelamiento de grupos políticos enfrentados a muerte.

Veracruz, está un día sí y otro también, en notas informativas y columnas de análisis de los medios nacionales, donde se difunden las “cruentas batallas” entre la presente administración y el polémico mini gobierno que encabezó un “hombre de odios y rencores”, Miguel Ángel Yunes Linares.

Cuitláhuac García Jiménez cumplió apenas 10 meses al frente de su administración.

Lleva 321 días como mandatario estatal.

Y tal parece que navega solo.

De los 17 integrantes de su gabinete legal, entre ellos 13 secretarios, pocos hablan y cuando lo hacen, se transforman en jardineros, abren la boca para “regarla”.

Otros son como los floreros: solo están de adorno y nadie sabe quiénes son y menos qué hacen.

Sin embargo, García Jiménez, recibe, estoico, las críticas de la oposición y va hacia adelante abriendo brecha entre tropiezos y empujones.

Uno de sus allegados me confía que llegó a su límite. Que pegó un grito, se fajó los pantalones y dio un manotazo en la mesa para poner orden en su gabinete.

Sin la sombra del fiscal Jorge Winckler del que se deshizo, “aiga sido como aiga sido”, Cuitláhuac empezó a recomponer su equipo de trabajo.

La primera “renuncia” fue Leslie Garibo Puga, Contralora, quien tenía tiempo queriéndose ir, pero el viernes 13 de septiembre por la noche dijo “hasta aquí” y se fue dejando un fuerte olor a azufre.

Lo raro es que ese mismo día, en Perote, hacía declaraciones sobre la bola de “aviadores” que había encontrado en la administración de Yunes Linares, sin visos de que quisiera “botar el arpa”.

Ahora, debe abrir el abanico a políticos experimentados que le den brillo a su sexenio.

Una mentada de madre y un manotazo sobre el escritorio principal de Palacio de Gobierno, es mejor que corregir el error a destiempo.

Pero si relevó al Fiscal y “dejo ir” a la Contralora, ahora debe darles las gracias a otros que no le ayudan y sí lo perjudican.

Un repaso de algunos miembros de su gabinete nos da idea de la soledad en la que se encuentra el gobernador de Veracruz.

Comencemos con Eric Cisneros y Hugo Gutiérrez, secretario de Gobierno y de Seguridad Pública, respectivamente.

Eric Cisneros Burgos, es el más cuestionado por su protagonismo innecesario; aparenta ser el “abre camino” de la sucesión a favor de Rocío Nahle, pero en realidad, lleva agua a su propio molino.

Presume, en Baja California Sur, que es él quien conduce el timón, el sensato, inteligente, “escritor”, quien, además, tiene el poder. Sin embargo, es el más oscuro y nefasto funcionario que le pone “piedrotas” a su propio jefe; lo quiere ver caer. Ni el Cristo Negro, podrá salvarlo.

Hugo Gutiérrez Maldonado, carga con la ola de violencia criminal que mancha de sangre a la entidad. No ha podido contener el flagelo que más agobia a los ciudadanos: la inseguridad.

Veracruz, lidera en hallazgos de fosas clandestinas. Su pasado en Nuevo León, lo desacredita. Se le relaciona en parentesco con la señora Beatriz Gutiérrez Müller.

El gobernador conoce a todos, sabe de sus debilidades y pocos aciertos; así que, de aquí a diciembre, habrá ajustes, relevos y nuevos rostros en el gabinete.