Pese a que el paso de indocumentados es constante en la zona, la Casa del Migrante, ubicada en la colonia Coatzacoalcos, es abierta sólo una o dos veces por semana, tal como afirma uno de ellos en un testimonio brindado a Diario del Istmo.

“Llegué hace como siete días aquí desde Honduras, huí por motivos de pobreza, de las maras, de secuestro y un montón de cosas… por el momento he tenido suerte, porque no me ha sucedido nada… aquí (en la Casa del Migrante) sólo me atendieron una vez, por el momento se han portado más o menos, pero que se diga bien no ha sido así, porque en las otras casa de migrantes te permiten estar dos o tres días, aquí son 24 horas”, comentó Márvin Ramírez Lagos, uno de los migrantes que esperaba la apertura de este lugar.

Y es que en un recorrido realizado por Diario del Istmo la mañana de este lunes, se constató que el inmueble yacía cerrado, mientras que un grupo de voluntarias que llevaba comida para los migrantes esperaba afuera.

“Desde el sábado que se cerró no se volvió abrir el domingo, las señoras trajeron comida, pero como no hay nadie que abra, deben esperar”, comentó una de las vecinas que viven cerca de la Casa del Migrante.

Debido a que este lugar no ha estado abierto toda la semana, los migrantes al pasar prácticamente prefieren continuar su recorrido para llegar a Estados Unidos, aunque en el caso de Márvin Ramírez, él espera unos días más para seguir su larga travesía.

“Aquí sólo le dan agua y comida en las 24 horas que puedo uno estar ahí, en esos siete días que he estado aquí han pasado como 900 migrantes, como el tren está cerca, pasan por aquí, pero ha estado cerrado”, mencionó el joven hondureño, quien por segunda ocasión intenta llegar a Estados Unidos, pues es el sostén de su madre y cuatro hermanos que dejó en Honduras.


CASA DEL MIGRANTE SE CIERRA EN SEPTIEMBRE

Por su parte, el padre Joel Ireta Munguía, quien es coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Coatzacoalcos, señaló que el albergue en el que actualmente se resguardan los migrantes era un espacio para catecismo, mismo que ya ha sido solicitado, por lo que sólo le restan unos meses a la Casa del Migrante, siendo septiembre cuando el plazo se venza.

“Ya se nos ha pedido porque los niños necesitan un espacio, también la gente de la capilla y los vecinos nos están pidiendo (que se remueva la Casa del Migrante), quedamos en que sería un año y ese año se cumple en septiembre, ahora estamos viendo un terreno donde poder construir ya con una dependencia, con la que el ayuntamiento está apoyando, todavía no se ha concretado nada y el plazo está por cumplirse, nos abandonamos a los brazos de Dios porque esto es una obra de Dios, no es una obra del hombre”, expresó Ireta Munguía.

El párroco indicó que de no conseguir un lugar para los migrantes, la Pastoral de Movilidad Humana brindará su servicio de ayuda ahora debajo del puente de la Avenida Uno, que es otro de los puntos en donde se tiene presencia de indocumentados.