De acuerdo a lo publicado por La Jornada, autoridades del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México ha señalado que el robo a transeúnte se nutre principalmente de los teléfonos celulares, derivado del alto valor de reventa que tiene en el mercado negro, en relación con la cantidad de efectivo que puede portar una persona.
Según datos del organismo, un teléfono robado puede ser vendido entre 2 mil y 5 mil pesos –según el modelo del que se trate-, mientras que una persona puede llevar un promedio de 200 pesos en su bolsa, por lo que es más redituable robar un celular.
Aunque la ley permite inutilizar el teléfono celular al dar de baja el IMEI, las cifras emitidas por el INEGI, demuestran que los celulares son el principal objeto de hurto.
Con información de La Jornada
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