domingo, 19 de mayo del 2024
 
Veracruz - Boca del Río
Caso Anabel, primero del 2016, 16avo con JDO
Veracruz | 2016-02-09 | Israel Hernández
El asesinato de Anabel Flores Salazar, reportera del periódico el Sol de Orizaba, se suma a los 15 crímenes previos contra periodistas que ejercían en territorio veracruzano, en los últimos 5 años.

Durante la tarde este martes, el cuerpo de la reportera de la fuente policiaca fue hallado en la carretera Cuacnopalan-Oaxaca, en la zona limítrofe entre los estados de Puebla y Veracruz.

Si bien el hallazgo se dio en territorio poblano, Flores Salazar, que vivía en el municipio de Mariano Escobedo, en la zona montañosa central de Veracruz, daba cobertura a los accidentes, hechos delictivos y sucesos en Ciudad Mendoza, Maltrata, Acultzingo, Río Blanco y Nogales, en el área metropolitana de Orizaba.

Madre de dos hijos, uno de 4 años y otro de apenas 15 días de haber nacido, la periodista fue sustraída de su casa en la unidad habitacional Puerta Grande durante la madrugada del lunes.

Según los familiares, los responsables de llevársela arribaron al lugar en un convoy de camionetas, vestidos con uniformes militares y portando armas largas, de manera que la irrupción en la casa fue violenta.

De 32 años, Anabel Flores trabajó anteriormente en periódicos como El Buen Tono de Córdoba, el Mundo de Orizaba y hasta el pasado domingo cubría la fuente policiaca para el Sol de Orizaba, perteneciente a la Organización Editorial Mexicana (OEM).

Con señas de tortura, el cadáver fue identificado por familiares y elementos de la Fiscalía General del Estado, dependencia que durante el lunes apresuró los informes y vinculó a la entonces desaparecida con el crimen organizado, criminalizándola sin tener una sola prueba al respecto.

El asesinato de Anabel es el primero del 2016 en el que involucra a un periodista, sin embargo, es el número 16 durante la actual administración de Javier Duarte de Ochoa, lo que posiciona a Veracruz como el estado mexicano más peligroso para ejercer el periodismo.

Antes de Anabel Flores, fueron asesinados en 2011 los reporteros Noel López Olguín, de Noticias Acayucan; Miguel Ángel López Velasco, Misael López Solana, Yolanda Ordaz de la Cruz del periódico Notiver.

Al siguiente año, la muerte y la violencia alcanzó a Regina Martínez, corresponsal de Proceso en Veracruz; Gabriel Huge Córdova de Notiver; Esteban Rodríguez del periódico AZ; Guillermo Luna Varela de VeracruzNews y Victor Manuel Báez Chino de Reporteros Policiacos Xalapa.

Hace unos cuantos días se recordó el asesinato de Gregorio Jiménez de la Cruz, quien después de ser plagiado fue encontrado sin vida en febrero de 2014. Goyo trabajaba como reportero de Notisur en Coatzacoalcos.

El 2015 arrancó con el asesinato de Moisés Sánchez Cerezo, reportero y director de la Unión de Medellín.

Cuatro meses después, Armando Saldaña, reportero de Tezonapa y colaborador de varios medios en Tierra Blanca y la Cuenca del Papaloapan, fue hallado sin vida en la zona limítrofe con Oaxaca, razón suficiente para que la Fiscalía General de Veracruz se deslindaran del caso.

En julio, el cuerpo de Juan Mendoza Delgado, reportero y director del portal Escribiendo la Verdad, fue encontrado sin vida y con señas de tortura en las afueras de la zona metropolitana de Veracruz.

Tres semanas después, Rubén Espinosa fue asesinado junto con 4 mujeres más en la colonia Narvarte de la Ciudad de México. Espinosa recién había llegado a la capital después de que en Xalapa fuera amenazado y hostigado por su labor como fotoreportero de Proceso y AVCNoticias.

En agosto de 2015, Juan Heriberto Santos Cabrera, corresponsal de Televisa en la zona centro, se convirtió en el periodista número 15 asesinado en tierras veracruzanas.

El reportero fue asesinado a balazos en un bar de la ciudad, al igual que otros 3 sujetos que fueron identificados por las autoridades ministeriales como integrantes del crimen organizado.

Antes de que el cuerpo de Flores Salazar fuera hallado, organizaciones como el Comité de Protección a Periodistas, Reporteros Sin Fronteras y Artículo 19, habían exigido una investigación exhaustiva del caso, al tratarse un atentado contra la libertad de expresión.

El asesinato contra Anabel Flores Salazar se enfrentará contra un lastre que coincide en los 15 crímenes en los que han muerto trabajadores de los medios de comunicación: Ninguno de los responsables están tras las rejas. Todos siguen impunes.




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