lunes, 06 de mayo del 2024
 
Policiaca
Suchilapan, zona de guerra contra el narco
Era una caravana suicida, estaban perdidos, no sabían ni a lo que venían… Matamos a niños armados, puros chamacos… Se acerca la media noche del lunes y en el entronque de la carretera que conduce hacia Uxpanapa, un grupo de campesinos y comerciantes aguardan poder reiniciar su marcha hacia los poblados ubicados en los límites de Jesús Carranza con Uxpanapa e Hidalgotitlán.
Jesús Carranza | 2016-12-06 |
Era una caravana suicida, estaban perdidos, no sabían ni a lo que venían…
Matamos a niños armados, puros chamacos…
Se acerca la media noche del lunes y en el entronque de la carretera que conduce hacia Uxpanapa, un grupo de campesinos y comerciantes aguardan poder reiniciar su marcha hacia los poblados ubicados en los límites de Jesús Carranza con Uxpanapa e Hidalgotitlán.

Están desesperados, llevan más de ocho horas varados en el lugar desde que cerca de las 16 horas del día, ya no se les permitió pasar más allá del puente Suchilapan, pues en entre ese punto y el lugar conocido como Pluma Blanca, se había dado un supuesto enfrentamiento que dejó 14 hombres muertos, todos civiles, una patrulla con varios impactos de bala, un policía herido y el aseguramiento de varias armas de fuego tipo Ak47 Cuernos de Chivo, un rifle calibre 50 y otro más, FN minimi como los que gustaba usar Rambo en sus películas de acción, con una enorme carrillera.

Aunque desde las diez de la mañana los retenes y puntos de revisión se incrementaron tanto por guardias civiles como elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de la Marina Armada de México (Semar) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Estado, el reporte oficial indica que fue cerca de las 16:30 horas en que se registró el supuesto enfrentamiento.

Personas armadas, desde un cerro de casi cinco o seis metros de altitud, con toda la ventaja que da la altura y estar entre montículos de tierra, atacaron, según la SSP estatal, a la patrulla 08-846 que aseguró, quedó destrozada. Falso. Presentaba sólo impactos de bala en el cofre y una de las llantas, la trasera derecha estaba ponchada.

“Los hubieran hecho pedazos con esa madre calibre 50, si es para atacar tanques de guerra”, decía un campesino asombrado al saber del tipo de arma decomisada en el enfrentamiento.

“Desde arriba llevaban ventaja, no los querían matar, le tuvieron piedad, lástima”, diría otro.

“Se le atoró, la calibre 50 se le atoró, estaba atorada y la otra, con la carrillera mal puesta, si hubieran servido las dos, estaríamos hablando de otra masacre más grande”, afirmó un policía municipal que cuidaba el paso hacia la zona de conflicto.


CARAVANA SUICIDA

Cerca de las seis de la tarde del sábado pasado, una caravana de mínimo diez camionetas pasó rumbo a la población 24 de Febrero. Iban perdidos pareciera.

“Llegaron hasta Casa Blanca y ahí preguntaron hacia donde queda Suchilapan, unos salieron por Casa Blanca que fue los que se toparon con el Ejército y otros salieron más antes, que fueron los que se agarraron con los de Seguridad Pública, pero andaban perdidos, preguntando, no se sabe a qué vinieron, ni sabían mejor dicho a qué vinieron porque no sabían que en Casa Blanca los del Ejército tienen un retén desde hace mucho”, afirmó un campesino de esa congregación.

Cerca de Casa Blanca, según reportes periodísticos, en la tarde del pasado sábado fue el primer enfrentamiento entre el grupo armado y soldados, con un saldo de tres personas muertas, dos heridas y el decomiso de al menos seis unidades, una de ellas blindadas que fueron dejadas en Río Frío, además de otras dos que se aseguraron en el sitio del encuentro.

Posteriormente, el domingo, por la tarde, a menos de un kilómetro de La Guadalupe, el segundo encuentro, esta vez contra elementos de la SSP del estado en que caerían abatidos dos varones y una mujer, todos adultos.

Finalmente, el lunes por la tarde, entre el puente Suchilapan y Pluma Blanca, la masacre de los 14 muertos, nuevamente en un segundo supuesto enfrentamiento contra elementos de la SSP.


ERAN MÁS DE 40 PERSONAS

“Yo los vi pasar por Casa Blanca, eran por lo menos diez camionetas llenas de gente, como cinco o seis en cada camioneta. Iban de paso, nada de amenazas ni gritos, iban eso si rápido”…

“Si iban de cinco a seis por camioneta, mínimo son 50 personas y si ya llevamos 20 muertos y dos heridos faltan 28 que andan por ahí o ya se escaparon”, analiza un habitante de 24 de Febrero.

Entre sus relatos escuchados en la casi madrugada de este martes, los campesinos aseguran haber visto un enfrentamiento en Cuapiloloyita…cerca de Suchilapan.

“Ahí se echaron a dos o tres, y se los llevaron quién sabe para dónde, pero ahí hubo madrazos y se echaron a dos o tres repito, no sé si son los mismos que andan en los periódicos pero eso fue el domingo”, relata uno de ellos al tiempo que otro le dice que mejor guarde silencio, que si no le consta, que no diga nada.

“Debajo de ese puente la estatal antes del tiroteo de hoy, sacó a dos, a una mujer y a un hombre que estaban escondidos. Se los llevaron para rumbo a Carranza, de ahí vino el tiroteo de ahorita”, afirmó el insistente en dar testimonio.

“En Flores (Magón) agarraron una lancha, se fueron como doce, ahí se fueron como doce río abajo y otros salieron de raid, pero salieron muchos, muchos ya huyeron”, asegura el mismo testigo.


LOS AGARRARON HAMBRIENTOS Y SEDIENTOS

“A esos pobres los agarraron sedientos, con sed, mire usted que una mujer salió del monte y llegó hasta una tienda en Flores Magón, compró varias galletas, refrescos y pidieron algo para el dolor y luego se volvió a ir, no se vía mala persona, pero me imagino que era para esa gente que andaba huyendo entre el monte, y mire donde lo vinieron agarrar, entre el monte, han de haber estado muertos de hambre, ya llevaban varios días andando y con esas armas, imagínese, gracias a Dios no llegaron a Suchilapan, hubiera sido peor, aquí se mataría a más gente”, afirma una de las mujeres presentes entre el grupo de campesinos, mientras estaban en espera de poder reiniciar su viaje hacia las comunidades que se ubican en la carretera que comunica de Suchilapan hacia Uxpanapa e Hidalgotitlán.

Y es que sostiene que luego del enfrentamiento, al menos dos de ellos alcanzaron a salir a los pueblos a comprar refrescos y frituras de Sabritas, pero luego volvieron a esconderse. Eran, afirman, personas que no conocían el terreno y andaban “buscando pueblo”.


BARBACOA Y MÚSICA TRAS LA MASACRE

En Suchilapan, la población desde temprano decidió cerrar las puertas de sus hogares y evitar caminar o trasladarse por la misma congregación. Materialmente había toque de queda. El miedo les invadía así como la incertidumbre por no saber qué pasará, no temer que sus hijos no pudieran ir a la escuela, porque su ganado no podría ser atendido mientras exista el riesgo de que otros sujetos que andaban huyendo armados, estuvieran escondidos entre los matorrales y los acahuales.

La masacre de este lunes hizo recordar el enfrentamiento que hubo hace algunos años en que miembros de la delincuencia organizada asesinaron a dos soldados e hicieron estallar sus unidades en un enfrentamiento en pleno centro de Suchilapan, desde entonces no había un episodio similar.

Pero este lunes, antes de anochecer, los policías estatales, luego de la masacre, no se fueron a descansar, sino que acudieron a un domicilio particular donde habían preparado barbacoa y escuchaban música norteña.

En opinión de los que eran escuchados por el reportero, no había consternación, pareciera que hubiera celebración al estar oyendo música a alto volumen en sus patrullas.


DIFÍCIL RESCATE DE CUERPOS

Uno a uno, los cadáveres fueron siendo bajados de un cerro de más de cuatro metros de altura. Policías, peritos y fiscales subieron a rappel. No había soldados ni marinos, sólo elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y policías ministeriales que custodiaban a peritos, estos encabezados por su director estatal, Gilberto Aguirre Garza, quien llegó al lugar de expertos en materia criminalística procedentes de Acayucan, Minatitlán, Coatzacoalcos y San Andrés Tuxtla.

Entre el monte y maleza, los peritos levantaron evidencias de la ahora llamada Masacre de Suchilapan, tras casi tres horas de asegurar pruebas, inició la bajada de los muertos, uno a uno, embolsados y amarrados con cuerdas fueron bajados de ese cerro donde dejaron sus vidas.

Se necesitaron tres “ambulancias” para poder traer de Suchilapan a Acayucan y de ahí a Cosoleacaque la catorcena de cuerpos, la mayoría con tiros en la cabeza. Un trabajo que mereció por lo menos cinco o seis horas pues eran alrededor de las 3 horas de la madrugada cuando el convoy dejaba el camino Suchilapan-24 de Febrero para emprender su viaje hacia la cabecera municipal de esta demarcación donde la fiscalía realizaría la documentación correspondiente para el inicio de la carpeta de investigación.

Oficialmente no hay detenidos de esta masacre. Los Policías fueron entrevistados en el mismo lugar de los hechos por la Policía Ministerial de Jesús Carranza, cuyos elementos encabezarían la indagatoria.

De acuerdo con el reporte oficial en ese enfrentamiento se aseguraron
12 fusiles AK-47 calibre 7.62 mm, 1 fusil HK calibre 7.62 mm, 1 fusil Barret calibre 50 milímetros, éste con capacidad para destruir vehículos blindados y un FN minimi con una carrillera de más de cincuenta tiros disponibles.


SUCHILAPAN SIGUE CUSTODIADA

Suchilapan continuaba este martes custodiada por elementos de la SSP y la Policía Municipal. A ellos se sumaron civiles que pretenden conformar la llamada Policía Rural, los cuales tienen retenes de revisión en algunos puntos de la carretera Suchilapan-24 de Febrero.

Aún no había clases en las escuelas pero los comercios reabrieron sus puertas. La fluidez de ciudadanos se daba en forma normal.

La vigilancia policiaca se extendió hasta la desviación de Nuevo Morelos, otra congregación de importancia para este municipio. Ahí al menos cinco patrullas de la Policía Municipal y de la Secretaría de Seguridad Pública cuidaban los accesos.

Los ciudadanos de Suchilapan ahora temen una nueva oleada de enfrentamientos.
“Dios quiera y no vengan otros a vengar o rescatar a sus compañeros”, dijo una señora, comerciante de pollos que no abrió el lunes, pero atendía ofreciendo refrescos a las familias varadas en el entronque.

El saldo hasta este lunes era de 20 personas muertas, tres heridos, dos civiles y un policía estatal, aunque se decía que se pudo ver a militares ensangrantados, nueve unidades aseguradas y una veintena de armas de grueso calibre.



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