Las llamadas reformas estructurales están condenadas al fracaso debido a que en su momento se hicieron sin consultar a la gente, además de que no han dado los resultados esperados, señaló Juan Alberto Pérez Rosales, diputado por el séptimo distrito de la masonería.

“Cuando se hace una reforma sin consultar al pueblo, a la sociedad que se dice gobernar o a los interesados, definitivamente cualquier reforma está condenada al fracaso”, acotó.

Pérez Rosales recordó que esas reformas pomposamente llamadas estructurales nunca se consultaron con la población, a pesar de que hay mucha sabiduría en el pueblo.

Ejemplificó con la reforma educativa, en donde no se consultó a los maestros, que son los que tienen la experiencia educativa en el aula y que tienen conocimiento de técnicas y procedimientos didácticos de excelencia; sin embargo, se les ocurrió imponer unos modelos que son ajenos y que no van acordes a la historia, contexto y proyecto de nación.

Como resultado de ello, destacó, se está entregando lo mejor del país, que es la mente de niños y jóvenes a las transnacionales.

Resaltó que lo mismo ocurre en la cuestión energética, donde un recurso que fue palanca del desarrollo nacional, en lugar de ser utilizado para procesarlo en las petroquímicas, es totalmente abandonado y las compañías que han entrado al país hacen una competencia desleal.

“Es muy triste lo que ha pasado con México, los liberales, los masones, nos sentimos traicionados, engañados, y creemos que esto debe cambiar por una vía pacífica, positiva y ordenada”, apuntó.

Pérez Rosales destacó que esto se ve en ciernes, pues la sociedad ya ha dado un basta, un hasta aquí, y ese hartazgo se manifestó en las pasadas elecciones en varios estados.

Consideró que hace falta que los distintos partidos dejen de ser esas camarillas de oportunistas que buscan el hueso, el medro, y que verdaderamente organicen al pueblo con ideas y programas viables.