Hombres armados mataron el martes a un joven musulmán en el barrio PK5, enclave musulmán de Bangui, un día después de la visita del papa Francisco, que vino a dejar un mensaje de paz en este país devastado por las violencias intercomunitarias, según fuentes concordantes.

"Hacia las 11 horas, nuestro hermano estaba delante de la mezquita Ibni Qatab, cuando unos bandidos salieron con sus armas y le dispararon causándole la muerte", declaró a la AFP el presidente de comerciantes del PK5, Issouf Djibril.

Los atacantes se encontraban a unos metros de allí, del otro lado del canal 'Essayez-voir', que separa el enclave musulmán de los barrios cristianos de la capital centroafricana, declararon varios habitantes del PK5.

El cuerpo de este hombre de 35 años fue después transportado a la mezquita vecina Ali Babolo, y recubierto con una sábana blanca dentro de una bolsa de plástico, constató una periodista de la AFP.

Al día siguiente de la visita del papa Francisco, presentada como muy peligrosa, a la República Centroafricana, el arzobispo de Bangui, Dieudonné Nzapalainga, se congratuló el martes por la mañana en la Radio Vaticano. "Nos habían predicho el apocalipsis" pero "no ha habido ni un disparo", declaró.

Unas horas más tarde, el martes, el arzobispo llegó de urgencia al PK5 para ofrecer su apoyo a los líderes religiosos musulmanes, llamando a no ceder "a las provocaciones de los enemigos de la paz" para no volver a caer en un ciclo de represalias.

El papa, que tuvo un recibimiento triunfal el domingo y el lunes, quiso mantener su visita en este país desgarrado por las violencias intercomunitarias, a pesar de las advertencias lanzadas en particular por Francia sobre la imposibilidad de garantizar la seguridad de la gente.

Durante su etapa de 26 horas, visitó la mezquita central del PK5 para encontrarse con los dignatarios musulmanes del país y no dejó de pedir a los cristianos y musulmanes su reconciliación, afirmando que son "todos hermanos".