El segundo paseo de Carnaval transcurrió sin contratiempos, con la pasión desbordada y la alegría en cada uno de los pasos de los miles de veracruzanos que lo protagonizaron.

Aunque en las gradas el aire del frente frío intentó apagar la algarabía, en el concreto del bulevar Manuel Ávila Camacho el calor de los comparseros, músicos y artistas del baile, mantuvo la fiesta en el ánimo que caracteriza al pueblo veracruzano.

Puntualmente, a las 6 de la tarde, el paseo arrancó de Norte a Sur, después de que el primer paseo se realizara durante la mañana del domingo en dirección contraria, situación ocasionada por la suspensión del evento sabatino.
Encabezado por los contingentes de la Fuerza Civil y la Secretaría se Seguridad Pública, el paseo fue abriendo paso a los escasos asistentes que caminaban por el arroyo principal.

A diferencia de la edición 2015, este año la afluencia del turismo y de los locales fue mucho menor, situación que se notó en los huecos registrados en las gradas metálicas se ambos lados.

Después de algunos abucheos contra las fuerzas estatales de seguridad, las sonrisas y los gritos fueron robados por las bastoneras de Susy y de Alejandra, quienes antecedieron a los carros alegóricos de la reina Priscila I y del rey Gusano Rojas, que fiel a su carrera, portó los cinturones obtenidos como boxista.

Las batucadas trajeron los ritmos brasileños y en los sistemas de sonido
prevalecieron la salsa y el merengue, géneros aprovechados por las Estrellas del Barrio de la Hueca y Los Traviesos, por mencionar algunos.

Como en cada edición, los encargados de cerrar la fiesta fueron los carros alegóricos de la cervezera y la refresquera que patrocinan el evento más importante de la entidad, quienes mantuvieron las luces, las mujeres con curvas perfectas y los tipos mejor torneados.