Tres años han pasado que fue herido a machetazos por su propia familia (consanguíneos y progenitora), el campesino Carlos Rodríguez Juárez, sigue esperando justicia.

En el año 2013 fue macheteado a manos de sus hermanos y madre, quienes encabezan una ardua lucha por despojarlo de alrededor de 7 hectáreas de terreno asentados en la congregación Las Lomas de este Municipio.

Aunque por más de una semana permaneció internado en una clínica de la ciudad, luchando por librar la muerte, los agresores interpusieron beneficio de apelación librándose el delito de intento de homicidio como un hecho no grave.

Por este motivo el juez tercero de primera instancia turnó el caso al juez mixto menor. El afligido trabajador del campo, narra parte del martirio.

“Estaba yo limpiando parte del rancho cuando mi mamá y hermanos llegaron y sin decir nada me asestaron varios machetazos que pueden comprobarse por las heridas que presento en manos y cráneo. Desde ese momento todo cambió en mi vida y sigo con temor por lo que a mi pueda pasar o a mi familia”.

Recordó la víctima de la injusticia, que la agresión con machete se registró el día martes 5 de marzo de 2013 cuando él permanecía en los alrededores del rancho “El Naranjal”.

Hasta allí llegaron sus familiares que en medio de la disputa cumplieron la amenaza que anteriormente ya había.

Señaló Carlos Rodríguez, hoy de 41 años de edad, que vive con temor ante las constantes intimidaciones y amenazas, peor a un ante la falta de justicia por parte de autoridades competentes.

A esto se agrega los daños irreversibles que las heridas causadas con arma blanca dejando en sus manos, pues le es imposible mover los desde aquella tarde.