La ciudadana Rosa Elena Ortega Zaleta afirma que el Día del Niño Perdido cobra vigencia en Xalapa con cada año en el que los ciudadanos salen a poner sus velas en calles de lugares representativos de la ciudad.

La luz no solo significa el camino que debe de seguir “El niño perdido”, también se convierte esperanza en una Estado que se ha visto asolado por la violencia en los últimos años, opinó.

Por eso este miércoles, como hace 23 años, nuevamente parques de la ciudad fueron iluminados por un sinnúmero de velas, según marca la tradición de origen prehispánico celebrada en el norte del estado y replicada en la capital por Ortega Zaleta.

Desde las 18:30 horas de este 7 de diciembre, cientos de familias conservaron esa actividad que consiste en iluminar la acera de los hogares con velas encendidas, mismas que son cuidadas para que no se apaguen hasta que se consumen, otorgando un espectáculo nocturno.

Ortega Zaleta es originaria de Tuxpan y por más de dos décadas se ha dedicado con el apoyo de su familia, vecinos y amigos a iluminar las calles de la zona del dique principalmente, la vía de Paulino Martínez, Mártires de Xalapa y Venustiano Carranza.

Pero además se realiza en el primer y segundo Lago en la zona de El Dique, la avenida Atletas, el Parque Juárez, calles aledañas, y los parques de Los Berros, María Enriqueta y Bicentenario, en donde los xalapeños acuden con niños, jóvenes y adultos para ver el esplendor de las cientos de velas encendidas.

\"El objetivo de la tradición es iluminar el camino del niño perdido, es una tradición del norte del estado que se realiza en la huasteca y en el Totonacapan, ahora la gente responde, nos llama, nos pregunta y quiere participar, lo que es alentador para nosotros\", comentó Rosa Elena.

El elemento central de esa actividad, insistió, es la difusión de la luz, pues es el punto fundamental de todas las versiones que existen de esa tradición.

\"Cada ciudad en el norte del estado tiene su manera muy particular de celebrar la tradición. Nosotros aquí en Xalapa la celebramos al estilo Poza Rica donde nada más se encienden las velas y es lo más importante que se difunde\", agregó.

Finalmente, comentó que también simboliza el apego a la figura del Niño Jesús pues la celebración es una conmemoración al pasaje bíblico cuando el hijo de Dios se extravía en Jerusalén y sus padres lo encuentran tres días después en el Templo de Salomón.

Es por esto que cada 7 de diciembre, a las 19 horas, en Tuxpan suena un silbato que se escucha en todo el pueblo y en honor a este acontecimiento, se encienden velas colocadas por la gente del pueblo, que iluminan las calles.