El cuerpo de una mujer de aproximadamente 50 a 55 años de edad, de piel blanca, apareció flotando en aguas del río Papaloapan, a la altura de la ciudad de Tlacotalpan, en el lugar conocido como "Los Almendritos", permaneciendo hasta el momento en calidad de desconocida.

Los hechos fueron reportados por lancheros en la población de la Perla del Papaloapan, quienes se percataron que sobre el río flotaba un cuerpo boca abajo, por lo que solicitaron la intervención de los elementos de seguridad.

El cuerpo marítimo de SSP resguardó los indicios del lugar del hallazgo hasta que arribaron las autoridades.

Al Lugar arribaron investigadores de la policía ministerial y personal forense.

La mujer vestía blusa roja, pantalón negro, zapatos negros, aretes tipo argolla en ambas orejas, además tenía cabello teñido de castaño claro, casi rubio, cejas al parecer tatuadas, ojos café, sus medidas entre 1.60 a 1.65 altura.

Los tlacotalpeños presentes dijeron desconocer a esta mujer, por lo que fue necesario su traslado al Servicio Médico Forense de Cosamaloapan, las autoridades de la fiscalía regional esperan que algún familiar lo reclame, mientras tanto los elementos de la policía municipal indagan posible paradero de la occisa en el municipio de Tlacotalpan.


ERA DE CARLOS A. CARRILLO

Fue identificado el cuerpo de la mujer que apareció flotando en aguas del río Papaloapan, a la altura del muelle de Tlacotalpan y que permanecía en el Servició Médico Forense (SEMEFO) en calidad de desconocida.

La identificación oficial la realizó una hermana de la hoy occisa, quien se trasladó al SEMEFO en donde señaló que se trataba de su hermana, respondía al nombre de Guillermina Cruz Hernández de 56 años de edad originaria de la Colonia José López Portillo, pero que actualmente residía en el vecino municipio de Tuxtepec, Oaxaca, quien se encontraba en tratamiento psicológico ya que sufría de depresión.

La occisa era hija de don Crescencio Cruz con domicilio en la Calle Jalisco, frente al tanque de agua en la colonia José López Portillo de Carlos A. Carrillo.

El cuerpo fue entregado a sus familiares para darle cristiana sepultura.