viernes, 26 de abril del 2024
 
Por Magda Zayas Muñoz
Columna: Momentos
La justicia injusta
2014-07-29 | 09:54:44
Si en Veracruz la justicia fuera igual para
todos ¡otra cosa sería! Si en Veracruz la
legislación se respetara y se aplicara en
sentido estricto -como lo hemos señalado-
habría más delincuentes en prisión
y menos inocentes en ellas.
Sin embargo, la realidad es totalmente
adversa, tenemos en las cárceles a
quienes no tienen para pagar una fianza
o a quienes se atreven a levantar la voz
y en libertad a quienes delinquen, pero
tienen el suficiente dinero para comprar
su libertad.
Tuve la intención de visitar a Maryjose
Gamboa Torales, el pasado domingo,
pero me fue imposible, el tiempo ahí
trascurre lento, pero de prisa para quienes
te someten a sus reglas para visitar
a una periodista que cometió un delito
culposo, y con quien se han ensañado
por ser critica del gobierno.
Extrañamente hombres y mujeres se
arremolinan a la entrada para visitarla
y entonces le dan prioridad, mientras
que a comunicadores y amigos que la
visitan los hacen esperar horas, hasta
que se termina el horario de visita.
Ella permanece en prisión, es presa
política, porque quienes cometen
delitos culposos o imprudenciales,
aquellos donde no hubo dolo, solo pagan
una fianza y se van, pero Maryjose
está ahí no por el accidente ocurrido
donde perdió la vida un joven, sino por
lo que escribe, pero el gobierno grita
a los cuatro vientos que la justicia es
igual para todos y eso no es cierto, lo
único bueno es que la ciudadanía ya no
cree en las autoridades y lo que ocurre
actualmente hace evidente el enojo y la
consigna contra quienes hacen públicas
las criticas.
Quisiera ver a las autoridades tan
ocupadas en todos y cada uno de los
delitos culposos que se cometen en el
estado, al igual que en los homicidios,
robos y amenazas contra periodistas
que ocurren con frecuencia.
Por ahora observamos que la realidad
se contrapone con el discursos
y los ejemplos sobran. Hace apenas
unos días, Jesús Armando Martínez
Carvajal, quien fue detenido en Tijuana,
Baja California -tras permanecer prófugo
cuatro años- después de asesinar
a su pareja sentimental, Karina Lisset
Campos Martínez, fue liberado.
El homicidio lo cometió, el 17 de abril
de 2011, en el domicilio que compartía
la pareja y tras determinarle el auto de
formal prisión, días después le fue revocada
la naturaleza del delito de “doloso”
a “culposo”, concluyéndose que el joven
mató a su esposa de manera accidental
cuando limpiaba su arma, un revólver
calibre 38.
Otro caso más es el de Josué Segura
Hermida, acusado de atropellar a tres
jóvenes en Boca del Río cuando conducía
en estado de ebriedad -según lo
relatado en su momento- los hoy fallecidos
eran trabajadores del restaurante
Bennigans, pero el presunto responsable
no pisó la cárcel y tampoco depositó
fianza alguna.
En aquel entonces familiares recibieron
por la madrugada la triste noticia,
los hechos fueron denunciados, la
persona responsable fue señalada.
Los jóvenes se trasladaban en un
bochito cuando de pronto la camioneta
del señalado los embistió y ahí perdieron
la vida. El responsable fue internado en
el hospital y luego se fue a su casa, sin
depositar fianza alguna.
Los familiares de las víctimas aún
son sometidos a una extenuante burocracia
y prepotencia. Muchos ciudadanos
hemos vivido algo similar –horas,
días, meses, años, esperando justicia- y
esta no llega.
Corrupción y protección a los imputados
o presuntos responsables; ya
quisiéramos muchos de nosotros que
el Procurador tomara importancia de
cada uno de los casos.
Pero no, no es así, ¿cuántos homicidas
en libertad? que con todo el dolo,
alevosía, premeditación y ventaja privaron
de la vida a un ser humano. ¿Y
cuántos más que atropellaron a un ser
humano pagaron una fianza -por ser
considerado un delito culposo- y están
en libertad?
Entonces no nos hagamos, en el caso
de Maryjose el trasfondo es político, la
ley dice que a la familia se le tiene que
reparar el daño y es que la ley suele ser
injusta e insensible.
Solo a quienes se les comprueba que
tenían la intensión de causar el daño a
la persona, se les considera autores de
un delito doloso que no alcanza fianza
y donde además de la reparación, se
establece una pena privativa de libertad.
El teatro tarde o temprano se vendrá
abajo, en un estado donde la fabricación
de delitos es una constante, casos hay
muchos y a quienes creen que el poder
les permanecerá todo el tiempo, se equivocan,
tarde o temprano todo se paga
en esta vida.
Por cierto que la autorización, de la
Secretaría de Seguridad Pública, para
que a Maryjose le den crayolas para
escribir su columna resulta ofensiva,
según ellos basados en el reglamento interno
de los centros de reclusión, cuando
la realidad muestra que en las prisiones
se posee no solo lapiceros y libretas, sino
teléfonos celulares, computadoras con
acceso a internet, pantallas, etc, etc,
siempre y cuando - ¡claro!- lo puedan
pagar los reclusos.
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