viernes, 26 de abril del 2024
 
Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Buenos salarios para bienestar general
2014-09-19 | 10:30:01
El recién casado le dijo a su mujercita: “Supe
que estuviste platicando ayer con uno de
tus antiguos novios’’. “¿Quién te lo contó?’’
-preguntó ella. Respondió el muchacho:
“Un pajarito’’. La chica se enojó: “Pues si es
el tuyo dile de mi parte que nada más para
chismear es bueno’’...
Doña Trisagia, devota ama de casa, se
fue a confesar con el buen padre Arsilio. Le
pidió el confesor: “Di tus pecados’’. Empezó
Trisagia: “Dos kilos de tomate; medio ciento
de naranjas; un litro de aceite; dos docenas
de huevos...”. Y luego: “¡Mano Poderosa!
¡Dejé mis pecados en el súper!’’...
Una pregunta: “¿Cuál es la diferencia
entre una bruja y una hechicera?”. La respuesta:
“Tres copas de tequila”...
Después de examinar a su paciente el
doctor Ken Hosanna le indicó: “Está usted
muy enfermo. Debe dejar inmediatamente
de fumar”. “Doctor -dijo el paciente-, jamás
en mi vida he fumado un cigarrillo”. “Bueno
-prescribió el médico-, entonces deje de beber”.
“Siempre he sido totalmente abstemio”
-dijo el otro.
Insistió el facultativo: “Entonces ya no
ande con mujeres”. “Doctor -precisó el otro
-, soy soltero, y nunca he tenido tratos con
mujeres”. “¡Coño! -estalló el médico molesto-.
¡Si quiere aliviarse, amigo, debe poner
algo de su parte!”...
Ese médico se parece al otro que después
de examinar largamente a través de un
aparato la pupila de su paciente le dijo: “El
examen de su iris me revela que tiene usted
arterioesclerosis, insuficiencia cardíaca,
hepatitis, inf lamación pulmonar; problemas
en las vías urinarias, cefalea y callos”.
“¡Qué barbaridad! -exclamó el paciente con
admiración-. Si todo eso me encontró usted
viéndome el ojo de vidrio, ¡qué no encontrará
ahora que me examine el ojo bueno!”...
Los dos cazadores salieron en busca
de palomas de ala blanca. Como las aves
huían cada vez que ellos se acercaban se
consiguieron un cuero de vaca y cubiertos
con él fueron al campo. De pronto uno de
ellos, el que iba en la parte de atrás de la
supuesta vaca, le dijo al otro con angustiada
voz: “¡Pronto! ¡Dispara!”. Le preguntó el
compañero: “¿Tienes cerca a las palomas?”.
“No -respondió muy apurado el otro-. Tengo
cerca al toro”...
Repetidas veces he escuchado algo que
me alarma. Algunos economistas, financieros
y entendidos en cosas laborales dicen
que el futuro de México se presenta bien
porque la mano de obra mexicana empieza
ya a ser más barata que la mano de obra
china. No pienso que un país ande bien si
finca su prosperidad en la baratura de sus
trabajadores.
El trabajo no es una mercancía cuyo precio
pueda hacerse subir o bajar en lo que
algunos llaman, a mi juicio con expresión
infortunada, “el mercado del trabajo”. Es
una prolongación de la persona humana;
constituye la facultad que tienen el hombre y
la mujer de mejorar su vida -y su mundo- con
la obra de sus manos o de su pensamiento.
Si esperamos a que los trabajadores
chinos ganen más, y los mexicanos menos,
para ofrecer al mundo esa ventaja basada en
lo que bien podría llamarse la explotación
de los trabajadores, entonces estaremos
construyendo nuestro futuro sobre arena, y
haciendo perdurar situaciones de injusticia
que en este tiempo debemos ya superar.
Los bajos salarios no han sido nunca origen
de bienestar económico. Eso lo enseñó
Henry Ford -que ni siquiera era economista-
hace ya muchos años. “¿Para qué hacer
automóviles -decía él- que mis obreros no
pueden comprar?”. Fortalecer el salario,
dignificar la condición de quienes aportan
su trabajo, son elementos necesarios para
conseguir el bienestar general.
Llegó el príncipe azul y besó a la Bella
Durmiente en la mejilla. Ella abrió los ojos
y contempló al apuesto doncel. “Te di un
besito, amada mía -dijo el príncipe-. Con
eso rompí el hechizo de la malvada bruja,
y te volví a la vida’’. “Ah, -dijo la Bella
Durmiente-. Entonces haz algo de mayor
sustancia que el besito, pues todavía me
siento bastante apendejada’’...
La abuelita de Pepito oyó que el niño
le decía a un amiguito: “Me gusta mucho
irme a la cama por las noches, porque me
hago la porla’’. La viejecita se espantó y de
inmediato fue con la mamá de Pepito. “Creo
que deberías hablar con el niño -le dijo muy
preocupada-. Está haciendo en la cama cosas
indebidas”.
La señora llamó a Pepito y le preguntó
qué era aquello que hacía en la cama. “Me
hago la porla’’ -respondió el chiquillo con
orgullo. “¿Ah, sí, hijito? -dijo la señora tratando
de contener su inquietud-. Y ¿cómo
te haces la porla?’’. Explicó el niño: “Pongo
los deditos así y luego digo: ‘Por la señal...’’’...
FIN.


MIRADOR
››armando fuentes aguirre
El padre Soárez charlaba con el
Cristo de su iglesia.
-Señor -le dijo-. Hice poner hermosos
vitrales en la capilla, pero nadie
parece haberlos visto.
-En efecto -le contestó el Señor-.
Nadie ha visto tus vitrales.
-¿Por qué, Señor? -se quejó el padre
Soárez-. Sus colores son preciosos, y
bellos sus dibujos. ¿Por qué nadie los
ve?
-Porque no has encendido una luz
interior en la capilla -le respondió
Jesús-. Sin esa luz los cristales son
materia opaca cuyos matices no se
muestran. Igual sucede con los hombres.
Pueden estar llenos de buenas
cualidades, pero no servirán de nada
si ellos no ponen dentro de sí una luz.
Esa luz es el amor, el bien. Sólo poniéndolo
al servicio de nuestros semejantes
brillará nuestro vitral.
El padre Soárez entendió lo que el
Maestro le decía. Encendió una luz en
su capilla, y otra en su corazón.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“Faltan a clases los maestros de Oaxaca”.
Para holgar jamás esperan;
no asisten un solo día.
Noticia en verdad sería
que en alguna ocasión fueran.


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