viernes, 26 de abril del 2024
 
Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Ni con Dios, ni con el diablo
2016-07-24 | 09:53:34
Históricamente las relaciones entre la prensa y el gobierno en este país han sido desastrosas. Este tipo de relación casi siempre comienza como las parejas al principio todo es miel y al final con la ruptura se da el choque de trenes.

Esto viene a colación por el asunto de la siempre incomoda prensa en los diversos niveles de gobierno. Con el perdón por la Casa Blanca del presidente Enrique Peña Nieto, que lo pusieron al descubierto con una investigación periodística del

Que todo comenzó cuando alguien vio de las fotos de la casita en una revista internacional. Después de la noticia que dio pie a muchos comentarios negativos entre los mexicanos y posiblemente también al voto de castigo al PRI, la necesidad del perdón fue una salida y un pedir la tregua ante la sumisión del hombre más poderoso de este país ante su pueblo, cada vez más pensante y lúcido, hasta consciente de la realidad con un México de una gran brecha entre los ricos políticos y los pobres clasemedieros, más los de la pobreza extrema, que se convierten en caldo de cultivo de la partidocracia nacional a la que poco acuden.

En esto de inmediato la periodista Carmen Aristegui, con su ya tradicional protagonismo natural de mujer profesional del periodismo, de inmediato puso sobre la mesa, su situación en donde además le arrimaron el caballo a través de su expatrón de la radio, Joaquín Vargas, que pretende convertirse en víctima por el caso de la investigación del equipo de Aristegui, que se convierte en un interesante libro, en donde se pone un prólogo que molestó al empresario radiofónico y, por ende, demanda por daño moral a la periodista.

El poder de la radio en este país con su gran penetración se convierte en la peor arma en contra de los políticos y, por lo mismo, las consecuencias ya tienen a don José Gutiérrez vvVivó de Monitor, viviendo en el exilio en EU y en la pobreza, después de su desencuentro con Felipe Calderón, quien no descansó hasta arrebatarle su patrimonio informativo en un trabajo de más de 50 años.

Así, Carmen Aristegui, resiente los hechos de la Casa Blanca y sus efectos por lo que seguramente no pide el reconocimiento presidencial, porque no se lo van a dar cuando, al quitarles el gusto de que pudieran tener un hermoso lugar para vivir después del fin de la era en los Pinos de la familia Peña.

Aristegui, pide paz y que se acaben las demandas en su contra y la censura de trabajar en la radio. Desde siempre, la prensa ha sido molesta, incomoda, aunque al principio se cae en ese delirante mundo del poder y del halago mutuo, entre unos y otros, por eso, la sana distancia del poder político, es lo que puede dar la permanencia y la continuidad, en donde quienes logran vencer el ego de los premios y del dinero, pueden al final, el poder contar las historias desde una óptica vertical, objetiva y nítida.

La lucha entre los que dicen que perro no come perro, en México llega a lugares insospechados, porque es común que entre la propia prensa no existe la convivencia y la unidad gremial.

Aquí, también hay que recordar que en la revolución francesa, Jean Poul Marat, el dueño del periódico “El Amigo del Pueblo” con el que incitó a la población con su veneno y convocaba al enfrentamiento en contra del poder monárquico para llevar a la guillotina a Luis VXI, al final con el triunfo de la lucha, también lo llevaron a una muerte violenta y sin llegar a la guillotina. Por eso el ejemplo es que: Ni con Dios ni con el diablo, termino medio es lo mejor. Así las cosas.


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