jueves, 25 de abril del 2024
 
Por Leo Zuckermann
Columna: Juegos de Poder
¿Alianza PAN-PRD para el 2018?
2017-05-23 | 09:40:49
¿Por qué los presidentes del PAN y del PRD convocaron, de pronto, a crear un Frente Amplio Opositor para las elecciones de 2018? ¿A dos semanas de los comicios en el Estado de México, Coahuila y Nayarit? ¿A qué se debe el adelanto? ¿Qué pretenden Ricardo Anaya y Alejandra Barrales?

Me parece que el tema tiene que ver, primero, con la elección en el Edomex. Los dos dirigentes nacionales han visto las encuestas y saben que ni Josefina Vázquez Mota (PAN) ni Juan Zepeda (PRD) están en condiciones de ganar dentro de quince días.

Si hubieran hecho la alianza, su candidato o candidata seguramente estaría disputándole la gubernatura a Alfredo Del Mazo (PRI) en lugar de Delfina Gómez (Morena).

Véase lo que está ocurriendo en Nayarit donde sí forjaron una coalición. Todo indica que su candidato, Antonio Echevarría, ganará la elección de gobernador en ese estado.

Panistas y perredistas ya se dieron cuenta, un poco tarde, del error de no haberse aliado en el Estado de México. Supongo que ya no pueden pedirle a sus respectivos candidatos que uno decline a favor del otro.

Lo que queda, entonces, es enviar un mensaje tangencial, tardío y enredado para ver si se hace el milagrito de que algunos votantes de Josefina se pasen a Zepeda y/o viceversa.

Está en chino. En el fondo, más bien creo que Anaya y Barrales ya dieron por perdido el Edomex y se están adelantando en consecuencia. El sábado, sin decir “agua va”, convocaron a formar un frente amplio de actores políticos, sociales y académicos “que nos permita sacar al PRI, por un lado, y, por otro lado, y lo más importante, darle a México un gobierno de coalición, un gobierno honesto y de resultados en beneficio de la gente”. En otras palabras, una fuerza política que no sólo pueda ganarle al PRI, sino al que va arriba en las encuestas, es decir, a López Obrador.

La fórmula aliancista ha resultado exitosa desde que comenzó a utilizarse en 2010. Es una coalición pragmática entre un partido de centro-derecha y otro de centro-izquierda.

Un primer problema para que funcione es su programa de gobierno. No está fácil concertarlo, ya que tienen diferencias ideológicas importantes. Este sexenio, por ejemplo, el PAN apoyó la aprobación de la Reforma Energética que abrió el sector al capital privado.

El PRD, en cambio, votó en contra. Y tenemos otro caso en el que ocurrió lo opuesto, es decir, los perredistas votaron a favor y los panistas en contra: la Reforma Fiscal. Es por eso que muchos, con razón, consideran la alianza PAN-PRD “contra-natura”: la imposible unión del agua con el aceite.

Durante años, muchos dirigentes de estos partidos han argumentado a favor de esta coalición con el fin de sacar al PRI de gobiernos estatales donde no se había dado la alternancia.

Pero resulta que dicho fenómeno ya ocurrió en el gobierno federal desde 2000. Más aún, hoy ya existe un candidato, López Obrador, con buenas probabilidades de ganarle la Presidencia al PRI en 2018. Entonces, ¿para qué la alianza? Pues para evitar que llegue AMLO a Los Pinos porque, hoy por hoy, no se ve cómo el PRI pueda ganar las próximas elecciones presidenciales.

¿Se justifica una alianza PAN-PRD para este propósito? Pues serán los votantes panistas y perredistas los que decidan. Las dirigencias partidistas pueden decir misa y convocar a un frente amplio pero, a final del día, lo que importará es si los (cada vez menos) votantes del PRD se animan a votar por candidatos del PAN o si su corazoncito izquierdista los jala hacia AMLO. Lo mismo con los electores panistas: ¿se atreverán a votar por candidatos perredistas o preferirán otras opciones?

Todo dependerá de los candidatos. Ese, creo, es el factor clave. Al respecto, Barrales dijo el sábado: “Una vez que esté diseñado ese proyecto, entrar a la discusión de quién pudiera encabezarlo, es decir, quienes pudieran venir a este frente tendrían que estar dispuestos a subordinar su interés personal al interés del país”. Muy bonita retórica, pero los políticos son gente muy ambiciosa que, ante todo, privilegian sus intereses.

Anaya y Barrales se veían muy bien juntos, sonrientes y animados. A lo mejor porque piensan que ellos son los que deben liderar el frente común. Él como candidato presidencial, ella como candidata a jefa de gobierno de la Ciudad de México.

Pero primero van a tener que convencer a muchos otros que quieren aparecer en esas dos boletas de que subordinen sus intereses a los “del país” (Zavala, Moreno, Mancera, Ramírez, Aureoles, Gálvez, Creel, Mercado y Chertorivski, etcétera). A ver…


Twitter: @leozuckermann



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